jueves, 10 de mayo de 2012

Redes sociales









Esta falsa necesidad de contarlo todo, 
decirlo todo, 
mostrarlo todo; 
¡cómo si al mundo le importara un carajo!


Solo demuestra nuestra soledad, 
nuestra separatividad, 
nuestra individualidad. 
Gritando al vacío esperando escuchar el eco.

























martes, 8 de mayo de 2012

Tolvanera

A veces sucede que quiero escribir, pero no puedo. Y no es debido a la falta de temas, siempre hay una idea que me suena en la cabeza, siempre una pequeña historia que imagino mientras viajo entre las sacudidas del camión o cuando estoy en la cama antes de dormir.

Me han dado ganas de escribir sobre mis terapias y el terapeuta que me canta pedazitos de canción de Silvio Rodríguez; sobre el chico intenso de la facu que se lanza vorazmente sobre mis huesitos; sobre como he visto que las parejas se mienten en las relaciones. Contar que estoy en un proceso de autodescubrimiento; los viajes que he realizado; las salidas y los amigos; que ya no me enamoro "tanto" como antes; las cosas pequeñas de mi cotidianeidad; que tengo ganas de beber vino tinto en buena compañía.Del calor que hace en estas tierras; de las campañas electorales.Sobre esa cancioncita que me hace feliz.

La verdad es que muchas veces no encuentro la manera de hacerlo, no se como continuar escribiendo o algo que me inspire a hacerlo. Me dan ataques de animo nihilista y ni quien me saque. Sigo igual de voluble que antes, pero ahora soy consciente de muchas cosas más. Trabajo a diario, incluso sin damre cuenta, en tratar de  cambiar y estar mejor conmigo mismo.

Pero no sé si fue el hecho de sentirme descubierto, o que me estoy enfocando más a mi mismo de otra manera, o que sea una de esas etapas que nos llegan a todos. El chiste es que no puedo escribir como antes, aunque en mi siga viva la ilusión de seguir escribiendo hasta el final.

Por el momento siento que me encuentro en medio de esas tolvaneras desérticas que de cuando en cuando llegan a la ciudad, y el aire se satura de tierra y te obliga a cerrar los ojos, y los arboles se agitan y los mas viejos caen y la gente corre a quitar la ropa y cerras las puertas y ventanas de las casas, y rugue el viento en tus oídos... hasta que todo pasa, y abres los ojos y vez el cielo azul y sin nubes. Y sigues delante por la calle, por la vida, con el sol en la testa y unas gotas de sudor en el pecho, hasta que llegue otra tolvanera que mueva todo.