lunes, 24 de octubre de 2011

Nosotros...


Todas las últimas entradas del blog son el resultado de la situación por la que estoy pasando, y el post “camas deshechas” tiene una historia detrás. Hay cosas que nunca me atreveré a escribir, otras que me da vergüenza admitir o pena contarlas. La autocensura que tenemos nos impide escribir de ciertos temas. Algo así me pasaba y hasta ahora solo escribía textos que mostraban mi realidad parcialmente y de forma bella.

La verdad es que desde hace algún tiempo me estoy acostando con Niki, mi ex pareja, a ese que tanto quise y tantas cosas me ha hecho. No, no soy tonto. Tengo bien clara la situación, y tener el control de mis relaciones, de mi vida, de mis sentimientos me hace sentir bien, contento.

No recuerdo como se volvió a dar el acercamiento, supongo que en una fiesta con los dos borrachos. Él nunca borro esa mirada hacia mí, Yo trataba de ignorarlo, Todos presentían lo inevitable. La primera noche fue de reencuentro y perdón: que pasó después de que nos separamos?, cómo te va en la escuela?, los amigos?, qué tal la familia?, y los perros?...  honestidad, declaraciones de un amor que nunca se acabo y permanece latente; nunca te olvide, yo tampoco; te hice daño, me hiciste daño... Esa noche sólo nos besamos y dormimos abrazados, como dos chiquillos, hablamos durante horas y dormimos muy poco.

Después vinieron más encuentros, más noches juntos, más besos, más abrazos, el sexo, las dudas… Que nos queremos no hay duda, nos necesitamos?...  probablemente no. Dormir poco y sudar mucho, despertar a su lado, con su aroma impregnado en mi nariz, un rico mañanero que desentume y des-estresa, que me pone de buen humor todo el día.

En la semana  nos vemos pasar de lejos por los pasillos de la Facultad, nadie suscita el encuentro ni lo alienta. La vida transcurre normal, como si las horas desveladas, la saliva desgastada, los abrazos, los mordiscos y los gemidos nunca hubieran ocurrido y fueran poco menos que un sueño o una alucinación.

La verdad es que es una posición cómoda, no sacrificamos nada, ni tiempo, ni amigos, ni posibles relaciones. Somos como un eclipse de luna: esperamos a que se den las condiciones y nuestros movimientos coincidan, para iluminar la cama en turno, para desatar mareas hormonales y manchar de fluidos corporales.

Está implícito que somos “amantes” y como tales no aspiramos a nada más, a nada más que a jugar por una noche a que nos “amamos”. Porque su “querer” y el mío no encajan, cada quien quiere a su manera. Y  aun que a veces pueda saltar la duda, trato de no estacionarme mucho en él. Soy consciente que “el que juega con fuego se quema”  sin embargo espero salir lo menos chamuscado posible…



No puedo dejar de escuchar esta canción, "The origin of love" donde cuenta el origen del amor desde la percepción platónica combinándola con otras mitologías... La rolita es de la película "Hedwig and the angry inch" un muscial de Broadway muy original... la puse en español pa' los que no comprendemos muy bien el inglés. 

martes, 18 de octubre de 2011

Mi vida... Viva la vida!


Mi Familia:
Vengo de una familia tradicional en tiempos modernos, con una madre que hace malabares entre escuela, trabajo y casa, que siente que nadie la valora, y por las noches vela el sueño de sus hijos ante el temor de poder perderlos; un padre parcialmente ausente, absorto en su trabajo; un hermano enajenado por la “sobre-modernidad” y una pequeña hermana que entra a la pubertad enamorada de una estrella de futbol.

Mis días:
Pierdo el tiempo día tras día, no se administrar eso impalpable  y valioso que llaman tiempo, los minutos se me escapan y no me doy cuenta. No soy productivo, efectivo ni eficaz.  De repente me siento enojado y no se con quién o por qué, a veces contigo, a veces con mi madre, a veces con mis amigos, a veces con el mundo entero, a veces conmigo mismo. Hay amigos que me han decepcionado y los otros me han olvidado.

Mis noches:
Recibo la visita del fantasma de mi abuelo por las noches, donde su presencia se interrumpe por las pesadillas generadas por esta ciudad donde amanecen  jóvenes colgados en los puentes, cabezas sin cuerpo en las aceras, los maleantes recorren las calles con impunidad y los balazos interrumpen la aparente calma.

Mis amores:
Soy preso de un amor que no me quiere dejar ir, que me confunde, y cuyo proceder me hace daño. Estoy enamorado de una bella sonrisa, su dueño es un ser hermoso que se mueve en otras dimensiones;  mientras sueño con mi chico perfecto el cual se encuentra a kilómetros de aquí, separado por fronteras culturales, geopolíticas, del idioma; y tengo un amor pasajero por un compañero del salón que me gusta para protagonista de un filme europeo.

Mi futuro:
No sé qué es lo que sigue ni tengo la mínima idea.  Solo sé que quiero escapar, a un lugar del norte con el clima frío, o a la capital. Olvidarme de todo, de ti, de mis conocidos y de mi nombre. Y a pesar de que me es difícil vivir en el presente, me cuesta mucho imaginar el futuro: el perro, la casa, el trabajo, el salario, los amores, los niños,  el carro,  el tráfico,  la soledad, el ajetreo, las deudas…  y como en la lotería no puedo gritar “buenas!”

Tengo:
Sueños, aspiraciones, buenas intenciones, temores, errores, aptitudes, debilidades, habilidades, amor, fantasías, reproches, alucinaciones, vicios, adicciones, obsesiones, manías, decepciones...


por eso:

Viva México!, Viva la América Latina!, Viva su “realismo mágico”!... simplemente  VIVA LA VIDA!



miércoles, 12 de octubre de 2011

Camas deshechas

Nunca he compartido cama por mucho tiempo, nunca mas de una semana, a veces solo una noche. Ni de niño lo hacía, compartía cuarto con mi hermano, pero dormíamos en camas separadas.

Lo que no me gusta de dormir junto a ti, es que al día siguiente te extraño demasiado. La cama parece mas grande y mi cuerpo mas susceptible de cualquier ataque. Me dan mas ganas de ti, de tus abrazos, de tus besos, tu calor.

Contigo disfruto dormir abrazados, hasta que uses mi brazo de almohada, no me importa si babeas, si amaneces despeinado, pero no sé si lo soportaría toda una vida.


Hacía mucho que no tenía un “a la mañana siguiente” por eso me gustó tanto. Porque como me gusta hacerle a la “pretty woman” y desaparecer dejando una cama vacía antes de que amanezca, hacía mucho que no despertaba con alguien a mi lado. Hacía mucho que no desayunaba besos y abrazos, que no escuchaba un “quédate un rato más”.

Había olvidado lo rico que es retozar en la cama mientras el sol se cuela por la ventana. Acurrucarse, estirarse, envolverse y desenvolverse a tu lado. Mirarte. Explorar tu cuerpo, ahora de manera diferente a la noche pasada. Tratar de memorizar con mi tacto tu boca. Decir "buenos días cariño". Verme reflejado en tus ojos.

Platicar de tonterías. Sentir los vellitos de tus piernas que se entrelazan con las mías. Hablar bajito, como contando un secreto, para que nadie descubra que somos felices y nos quieran arrebatar ese momento. Escondernos bajo las sábanas. Querer que la vida sea así: una  eterna mañana de domingo en cama a tu lado. Que el momento nunca termine. Dejar en aquella cama nuestros aromas mezclados.

Hablar sobre tus días y los míos, chismorrear, debatir, pero nunca dejando de querernos. Hacerte cosiquillas en la barriga, caminar con mis dedos sobre tu pecho. Abrazarte tan fuerte, con ganas de fundirnos. Besarte tanto, para no tener en mi boca otro sabor que no sea el tuyo.

Pero las obligaciones llegan y nos separamos. En la semana no nos volvemos a ver y tiempo después nos ignoramos. Pasas a mi lado y nos lanzamos un escueto saludo. Podemos vivir el uno sin el otro (uno más que el otro). Dejamos atrás una estela de camas deshechas, de noches en vela... hasta que se   vuelva a presentar la oportunidad de deshacer mas camas, hasta que te de la oportunidad de deshacer mi corazón.