miércoles, 26 de enero de 2011

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Hace dos semanas regrese a la Facultad y debo decir que todo va bien. En lo académico, me sigue dando clases esa Doctora que tanto odio y amo... todos (los hombres) del salón estamos enamorados de ella, es de esas mujeres maduras, guapas, preparadas, dominantes, que tienen mucho que enseñar; un buen cuerpo y una personalidad fuerte. Eso es lo que nos atrae su personalidad y su preparación, pero fuera de eso nos hace la vida difícil, sus clases implican mucha lectura, mucho razonamiento, pero de ella se aprende mucho y estoy seguro que toda nuestra formación se vera influenciada por sus clases, puedo decir que gracias a ella seremos buenos Sociólog@s.

Respecto  a mis compañero, me estoy llevando muy bien con Eleazar, pasamos bastante tiempo juntos platicando y haciendo trabajos, aparte que tenemos planes de un pequeño negocio, así que "semos" socios. Con los compañeros con quienes tuve problemas, decidí dejar eso atrás, de cierta manera "perdonarlos" pero no olvidar... después de todo somos compañeros y tendremos que pasar todavía 2 años juntos, por eso decidí convivir bien, para no tener que "soportar" lo que resta de la carrera.

Con los demás me he compenetrado más, digo con los que no hablaba. Celina esta embarazada y eso me da mucho gusto porque desde que entramos su vientre va en aumento. Cada vez que la saludo la saludo a ella, después pongo mi mano sobre su vientre y saludo al pequeño ser que esta creciendo allá adentro. Lo hago porque dicen que los fetos pueden oir y reconocer voces, cuando nazca, quiero que la criatura pueda reconocer la cálida voz del tío Didi.

Si es cierto que los fetos pueden oir todo, estoy seguro que cuando sea grande ese niñ@ será alguien con pensamientos de izquierda, globalifobico, critico de su sociedad, feminista, anticapitalista, bisexual y ambientalista.... con la cantidad de ideas y temas que manejamos en el salón de clases!

La "galleta" todavia no sale del horno y siento que le quiero, tal vez sea un poco el remordimiento que me da. Cuando nos enteramos que Celina estaba embarazada yo la apoyaba con la idea del aborto, ahora pienso pobre ser humano no tiene la culpa. Pero sin duda cuando tenga a esa personita entre mis brazos y me vea reflejado en sus ojitos me quebrare... por eso, y porque Celina es mi amiga, decidí apoyarla, y si quiere mi apellido yo se lo presto!, aunque no sea mi hij@ biologico. Así habría un pequeñ@ "Freitas Malinowski" recorriendo los parques, en la lista de asistencia del colegio, en el camión, en la lista de electores...






PD: Mi apellido real no es Freitas, pero no suena bonito? y más con el apellido que ella a elejido que es Malinowski... jejeje

martes, 18 de enero de 2011

Realidades alternas

Mis días transcurren entre realidades alternas. Últimamente mi vida es tan aburrida que me veo en la necesidad de imaginarme como en una película. Me muevo a mi tiempo, a veces adelantando la escena, otras haciendo que el tiempo trascurra lento. Cuando así lo deseo veo mi vida en technicolor, con colores brillantes y vibrantes, otras se me antoja romántica y "old fashion": a blanco y negro.

Si quiero puedo habitar en mundos con diferentes estéticas pasando de lo clásico a lo postmodernista. Me reinvento cada día con un personaje nuevo: a veces soy un viudo prematuro, otros un junkie hedonista, a veces un romántico enamorado, de repente soy un realista amargado, otras tantas un chico depresivo.

El soundtrack de cada día cambia, a veces electro, otras alternativo. También me gusta acompañar mi película con grandes obras maestras. Dependiendo del humor puede ser rock en español, un pop anglosajón muy pegajoso, o una melodía francesa.

Y es que hay veces que me siento tan sobrio, definitivamente muy equilibrado, no hay despuntes de euforia ni de histeria. La vida es tan calmada que me asusta por rayar en lo mortuorio. Así que me tengo que inventar estas realidades subalternas, para no caer en la monotonía, para no volverme loco, aunque el mismo esfuerzo imaginativo raye en la locura....













martes, 11 de enero de 2011

Sol-edad....






Estoy perdiendo mi brillo,
me esta eclipsando lo mundano.
Y para llenar este vacío
me convierto en un agujero negro,
que se come al planeta entero.
Pero me falta tanto
y me sobra espacio.
Devoro galaxia enteras,
tragando hasta lo que me hace daño

Soy un astro que se esta apagando,
pierdo mi brillo y no sé como recuperarlo.
Soy una estrella que se esta desintegrando.
Un cuerpo celeste que vaga por el espacio,
el universo infinito de mis recuerdos.

Soy un pedazo del cometa que fui,
un recuerdo de tiempos pasados.
Estoy perdiendo mi luz,
me voy flotando por el enorme espacio.





viernes, 7 de enero de 2011

"Average" Yo

A veces, solo a veces, me gustaría ser común... un chico común.

Estudiar una carrera común: alguna ingeniería, administración, leyes, medicina...

Vestir como el promedio, camisas de marcas americanas, tenis iguales. Llevar un corte de cabello "decente". que guste a las señoritas.

Tener una novia bonita, con un buen apellido, y cojermela sin que sus padres se den cuenta. Salir con ella al parque, al cine, ir a misa los domingos.

Jugar fútbol los sábados por la mañana, ir a un bar con mis amigos los viernes a la noche a bailar al antro de moda.

Que me guste el regaeton. Que nada me importe más que la tabla de asenso de la liguilla.

Tener calificaciones mediocres, pero aun así ser el orgullo de papá.

Trabajar medio tiempo entregando pizzas.

Ser como el promedio. Tener una vida arreglada....

martes, 4 de enero de 2011

El día que me enamoré

El día que me enamoré todo el mundo se pudo dar cuenta... Fue un día normal, a los cuantos meses de haberte conocido.  Por la mañana al despertar apague el radio, encendí la cafetera y me di una ducha. Cuando terminé y me vi en el espejo no me di cuenta que estaba enamorado.

Subí en el autobús que me lleva al trabajo y en cuanto lo abordé, comencé a notar que la gente me miraba. Algunos murmuraban cosas entre ellos, pero sin dejar de mirarme. Y cuando me senté al lado de una señora de edad madura, no pude evitar fijarme en su mirar, me veía compasivamente, con ternura. Nunca miro a los ojos de los extraños, pero aquella insólita mirada me obligo a ver en los de ella. Sus ojos eran ya grises, tal vez algún tiempo atrás fueron de color café oscuro. Y en su mirada descubir la melancolia que se tiene cuando se han vivido tantos años, era yo quien le hacia recordar algo.

Después de varios minutos llegue al trabajo, allí las cosas no cambiaron mucho, me percate que las personas me miraban extrañadas. Algunos me veían con compasión, como aquella señora; a otros se les notaba alegres por mi; unos me miraban como con envidia; y otros pocos me miraban con cautela, recelosos, como si fuera el poseedor de alguna enfermedad contagiosa que pudieran pescar.

El día siguió igual de extraño. Me dirigí al comedor en mi hora de almuerzo y cuando entré las personas que se encontraban allí voltearon a verme, murmullos y miradas, a esa hora del día ya me había acostumbrado a ser el centro de atención. Y cuando la mesera me trajo la comida dijo: debes de comer bien, y me miro al igual que una madre mira a un hijo. Porque  las mujeres me trataban de esta manera?

Al seguir en el trabajo no falto algún compañero que me mirara, me sonriera y me diera un palmadita en la espalda. Qué le sucedía al mundo hoy?

Llegó la tarde, y la hora en que habíamos acordado vernos. Me dirigí a la plazuela que esta cerca de donde trabajas. Era un día de invierno, y las hojas amarillas formaban una alfombra que ocultaba el verde del pasto. Entre las ramas ya sin hojas de los arboles pude apreciar ese hermoso cielo azul invernal. Tan efímero, tan limpio, tan frío, tan celestial...

Y llegaste tu, con tu cabello despeinado, tu sonrisa amplia y ese brillo en tus ojos claros. Con tus pasos grandes y despreocupados. Allí supe que estaba enamorado de ti, y que todo mundo lo había notado.