lunes, 30 de enero de 2012

el sueño

Vamos en el carro blanco de mamá, solo ella, mi papá y yo. Nos dirigimos a la ciudad más vieja de la metrópolis pasamos sus calles angostas, sus casas de adobe, las plazoletas y parques hasta que llegamos a una plaza grande. Es la plaza de armas pero mucho mas grande, me recuerda a  la plaza de Coyoacán. Sé que es domingo, mediodía y en la plaza hay un mercadito. Los puestos de verduras, un organillero tocando una vieja canción, vendedores de globos, la risa de los niños, el agua de la fuente, el olor a comida cocinándose en el comal, la lumbre atizándose en el brasero, papel picado colgando de farol a farol, en lo alto y entre nubes blancas el sol.
Papá llega a un puesto de comida, pide "pellizcadas" veracruzanas y yo me acuerdo de Xalapa, coqueteo con la muchacha morena que ayuda a la señora a hacerlas. Caminamos más y veo al chico de la eterna sonrisa que empuja un triciclo blanco, vende dulces: alegrías, mechudas, alfajores mexicanos, dulces de guayaba, borrachitos, bolitas de tamarindo enchilado, dulces de leche con nuez; como siempre me hace sonreír y cuando lo saludo me regala un algodón de azúcar rosado.
Siento que de aquí soy, que encontré el lugar perfecto para vivir, que tengo que dejar la casa. Pregunto por un trabajo en un puesto de verduras, el señor dice necesitar vendedor y allí me quedo. Mis papás se alejan, pero yo no puedo ser más feliz en aquel cachito de cielo mexicano.



jueves, 19 de enero de 2012

necesito amar...

Me acosté con el corazón estrujado, arrugado como una bolita de papel, contraído y no por el frío de la cama vacía. Porque me di cuenta que no hay a quien escribir con amor, no hay por quien morir de amor, no hay a quien sonreír, ni en quien pensar. Porque me di cuenta que el sentimiento se había deformado, volviéndose  un monstruo. Que lo que yo defendía  no se podía defender, que justificaba lo injustificable y que eso no se podía llamar amor. No puedo decir que siempre fue así, tal vez algún día en sus inicios lo fue. Pero mis ansias, tu confusión, mis miedos,tu indecisión, mi vicios, los recuerdos, los fantasmas y nuestra soledad terminaron por transmutar en algo horroroso. No te puedo culpar, tanto fuiste tu el responsable como yo el culpable. Lo peor de todo es el sentimiento de haberme traicionado a mi mismo, el no poder perdonarme, por dejar de lado en lo que creo, por debilitar mis cimientos, por no ser congruente en mi pensar-actuar-sentir, por dejarte hacerme daño. La vejación, la rendición, la denigración, el desamor propio. Hoy te veo como un abismo, profundo y sin fondo, con una inercia para atraer todo a la nada, y lo digo sin reproche, más bien con compasión, la misma que me enamoró de ti. Sentí la necesidad de amar porque soy un "amoroso" de Sabines, porque con el amor busco abatir la separatividad. Necesito amar, necesito el dolor y la felicidad como materia prima para crear. Necesito arreglarme antes de terminar desbaratado.



sábado, 14 de enero de 2012

Hoy correo para los incrédulos en el Servicio Postal Nacional...


Madre después de danto tiempo hoy me siento a escribirte, pero eso no quiere decir que no haya pensado en ti, en ustedes. Lamento mucho el haberme ido de forma tan intempestiva, pero lamento más el hecho de haberte defraudado, el haberte fallado más que el hecho de haberte abandonado.

Las cosas aquí son muy diferentes, deje el país porque estaba enfermo, tan enfermo como yo. Acá todo es diferente, se respira salud, se respira justicia, se respira libertad, se respira cambio. Allá todo estaba podrido y muy pocos tenían ganas de luchar, todos estaban amodorrados, me pregunto si algún día el país despertará de esa eterna madrugada, si dejaran de ser zombis, si todo terminará.

Huí porque no tenía ganas de seguir así, ya no tenía las fuerzas para seguir viviendo con esa situación y en más seguir luchando con la enfermedad, pero los aires del viejo mundo me han dado ganas de volver a vivir. Escribo mucho y he conocido infinidad de gente, me rodeo con los círculos intelectuales y artísticos de esta gran ciudad, mantengo contacto con muchos intelectuales de toda Europa.  He conocido gente muy importante y algunos que lo serán, entre ellos un director español, que ha leído un poco de mis historias y me dijo que le encantaría hacer un guion conmigo. Pintores y demás artistas me han dedicado sus creaciones.

A todos les parezco una persona interesantísima, parece que a ellos les sigue impresionando la carne morena como la de nosotros. Me miran como una rara ave exótica del amazonas, y no es para más, aunque llevo viviendo años aquí, no me puedo acostumbrar a su forma de pensar y de sentir. A veces comprendo su admiración por nuestra tierra, acá las distancias son tan cortas, los países tan chicos... que me imagino lo que debieron sentir los primeros colonizadores, al mirar rumbo al horizonte y vieron lo basto de nuestra tierra, lo grande, lo magnifico, lo hermoso, lo desconocido. Solo me atrevería a comparar la grandeza de Rusia o la India con nuestro continente. Por cierto ya se hablar perfectamente francés, el catalán, el inglés, el alemán y un poco de ruso.

Mi vida es cómoda y mucho mejor que lo que nunca fue ni sería en nuestra tierra.  Me paso la vida en presentaciones de libro, exposiciones de arte, fiestas de la sociedad,  recaudaciones para la filantropía, mítines, marchas, cantina bohemias, museos y parques. Hasta he ido a las fiestas patrias que se celebran en nuestra embajada, tal vez algún día veas mi fotografía en el periódico, en algunas de esas cenas de gala.
Escribo todo el tiempo con la intención de que algún día se publique un libro mío, no importa si es post mortem. Te mando algunas revistas donde he sido publicado, verás que el nombre no es el que tú me has dado, pero cuando hui cambie todo de mi, hasta a ustedes les asesine en mi mente. Nadie sabe de mi pasado, soy un enigma que causa curiosidad y por eso despierta tanta fascinación por mi persona, aparte que tú sabes que siempre he sido alguien que llama la atención.

Pero es precisamente mi vida llena de comodidad y lujo, lo que me hace sentir culpable, de vivir tan a mis anchas aquí, y ustedes a veces casi sobreviviendo de aquel lado del océano.  A pesar que les maté sigo recordando la casa, la de los abuelos, los tantos primos y tías, son fantasmas que me visitan en mis momentos de melancolía que son muchos. El único fantasma con el que realmente hablo es con el del abuelo, supongo que llego hasta este país porque cuando me vine me traje su reloj de oro de bolsillo. Hoy no pude más con el peso de mis recuerdos y me solté llorando y decidí escribir esta carta.

La enfermedad, que todos mis camaradas ignoran, me está matando, Alekséi y yo la luchamos solos. Alekséi es aquel caballero con el que intercambiaba correspondencia, cuando llegue acá el me dio asilo y hasta se casó conmigo para que pudiera obtener la ciudadanía y los beneficios médicos. Es un ángel, pues a sabiendas de que no le he amo ha estado a mi lado, me ha cuidado, me ha soportado. Gracias a él he conocido tanta gente y tantos lugares, gracias a él vivo. Probablemente no soy el amor de su vida, ni el él mío. Le he dicho que me abandone, he buscado el divorcio, pero por alguna extraña razón  me ve como alguien con quien podrá lavar todas sus culpas.

Yo no sé como expiaré todo, no tenemos hijos y con mi enfermedad me resulta inhumano tenerlos. Hago algo de caridad, pero trato de sentirme bien con mi trabajo, de abatir la separatividad  tan grande con la que convivo. Pero a pesar de todo estoy bien.

Ahora cuénteme sobre los nuestros: alguno de mis hermanos se han casado? Tienen hijos? Qué les pasó a los perritos que teníamos? Sigue vivo el jazmín que tenia la abuela desde que se casó? Cómo esta de salud? Y mi papá? Mándeme noticias y bendiciones madre, sólo si su corazón ha perdonado mi traición, yo aun no perdono el haberme traicionado.




martes, 10 de enero de 2012

Redimensionando

Nadie mejor que tu para apreciar los cambios de mcuerpo.
Puedes notar el evidente cambio en mis dimensiones, por ejemplo al abrazarme y medir con tus brazos el talle de  mi cintura; al rozar con tus labios mis mejillas y notar que ahora están más infladas; al acariciar mi barriga que esta s abultada. O en la cama al sentir sobre tu cuerpo el peso de unos kilos de más.




domingo, 1 de enero de 2012

Propósitos


Su propósito de comienzo de año fue no enamorarse. A ella cualquier día le parecía bueno para comenzar, pero sería fiel a la tradición y se haría propósitos de año nuevo, aunque sabría que muchos no los cumpliría: como tratar de comer más sano y mudarse de casa, este último no estaba tan ligado a sus decisiones como a sus circunstancias. No lo aprendió en el año que pasó, lo aprendió hace muchos: “hay que tener  sabiduría y paciencia para aceptar ciertas cosas”.

 La forma de cumplir tan controversial propósito era simple, salir y estar con chicos que le gustaran (física y mentalmente), pero que no representaran peligro para ella, es decir, de los cuales no se pudiera enamorar. Tampoco saldría en serio con nadie, no buscaría establecer una relación de noviazgo, pues sabía que la convivencia era un factor que tenia gran importancia en el amor. Por eso en cuanto comenzara a sentir que se enamoraba, emprendería la graciosa huida, alejando todo en cuanto la pudiera conectar con la otra persona.

Así, se negaría al amor tal y como el amor se le había negado a ella.