Miércoles 9
El martes quedamos con Eleazar y Ale de ir a la posada. Ella vive en mi ciudad y tiene carro, así que podríamos quedarnos hasta la hora que quisiéramos sin preocuparnos por el transporte. El Niki me pidió que fuera, dijo que sería bueno pasar un rato juntos.
El miércoles también quede de verme con Niki, así que fui al mediodía a la Facultad, donde él me cito. Cuando llegue vi que estaban allí casi todos nuestros amigos y lo que me saco de onda fue un comentario de Genaro que me dijo – Que hijito a que viniste, ¿a ver a tu morrita (novia)?- Yo solté una risa nerviosa y dije que no, que había tenido que ir a recoger unas cosas al local de Celina y me había pasado por allí, pero ¿Qué come que adivina mi apá?
Días antes platicando por MSN le había preguntado al Niki, que si él y yo llegaríamos a ser algo, que seríamos, ¿novios o pareja? Porque hay una gran diferencia, los novios, son a la antigua, respetando el viejo paradigma social del amor, de la fidelidad, del romanticismo. La pareja, se quieren, se aman, pero rompe el paradigma, son mas libres, pueden o no ser fieles… vamos hablamos de términos que se debaten en la facultad. Él me dijo que yo que era sociólogo le dijera que me parecía, le dije que yo era muy romántico y me gustaría tener un novio, él dijo que le parecía perfecto.
Ese día miércoles sentados en la Alameda, viendo a los niños jugar, platicamos sobre mi posible ida a la otra ciudad, a Monterrey. Le dije porque me tenía que ir y porque me tenía que quedar, el oyó atento y cuando le pregunte que qué pensaba, sólo dijo que yo sabía, que después de todo era mi vida; también dijo que se le haría chido tener una relación, así normal, no a distancia, pero él no quería ser un motivo para que me quedara, ni me obligaría a quedarme. Entonces le dije lo que tenía que decir- ¿Quieres andar con migo, chiquillo?- El se rió y me dijo- No mames (no juegues)- yo le dije- Es en serio, a mi me gusta hablar las cosas de frente y dejarlas claras- Me dijo- No me pidas que te diga que si, sólo asentiré con la cabeza- y fue su forma de decir que sí, he dicho que Niki es muy reservado, así que no me sorprendió que no pudiera decir que sí. Sin embargo le dije- pero dímelo, dime que me amas y estaremos juntos toda la vida - obviamente lo decía jugando, y de sus labios se escapo un pequeño- SI-.
En la noche fuimos a la posada, en un salón para fiestas. Todo muy bien, los amigos de siempre, la cerveza algo cara, pero por allí se colaron unas botellas de tequila, que emborrachan más y con mas poquito, jajaja, como que con ese comentario enseñé el cobre, jeje. Pero bueno todo bien, con el Niki todo bien, con la debida distancia, pues allí estaban todos nuestros compañeros y en medio de nosotros dos la Vale. Hubo un momento en que pensé, que cosas el Niki y yo ya andamos, sin embargo Vale sigue de por medio.
Después de unos litros de cerveza y unos vasos de tequila, yo seguía entero, pero Niki no. Me di cuenta, porque ya le he visto algo ebrio y cuando se pone así, me mira y me mira, con esos ojazos tan lindos. Hubo un momento en que todos estaban bailando, en la mesa sólo estábamos yo, él y otro compañero de la Facu, fue cuando dijo- Vayamos afuera-. Era lo que había estado esperando toda la noche, ir a fuera. Yo no se lo había propuesto antes porque tenía miedo de moverme demasiado pronto, pero ya que era él quien tomaba la delantera no había de nada que preocuparse.
Salimos de salón y buscamos un lugar para sentarnos, allí a la vuelta, pero no había un buen lugar para estar, así que fuimos a la calle a espaldas del salón, que resulto ser una calle oscura y con grandes árboles que servían de parapeto a miradas indiscretas. Estando allí le abrace y le di un beso en la mejilla. Lo que siguió después fue media hora de besos, que subieron de intensidad, besos con ganas de comernos, besos desesperados, besos amorosos, besos caníbales.
No puedo describir todo lo que paso, todo lo que ese chavito me hizo sentir, desde su respiración agitada y los ruiditos de placer que hacía, hasta su cuerpo caliente contra el mío, mis manos que se escurrieron hasta bajo su camisa y sentían su piel tan suave e imaginado su claro tono, el dolor que me provocaba al morder mi labio inferior.
Allí tras los árboles, bajo la luna y con la luz de los carros que de vez en cuando pasaban por la calle e iluminaban a una pareja, que muy bien no sabía que eran, que no importaba que fueran, pues se querían y se deseaban
Regresamos a la fiesta, pero antes de entrar, en la esquina de la cuadra donde se encontraba el salón, nos dimos un gran beso, para cerrar, aunque ambos estábamos tan prendidos que no queríamos se acabara. Le acomode su gorrita tipo andina y él me quito la capucha de la sudadera, entramos como si nada, cuando la fiesta estaba acabando. Pero no contaba con que después de media hora de besos y por sus tendencias caníbales mi labio estaba hinchadísimo, hasta que Santos tuvo la amabilidad de hacérmelo notar al decir – Mira que pinches jetas, trae este wey!- la Vale me volteo a ver y se limito a decir con una sonrisa en los labios – ay mijito…-
Fue una noche genial sin duda alguna, nuestra primera fiesta como novios, nuestro primer faje, nuestro primer beso..