Madre después de danto tiempo hoy me siento a escribirte,
pero eso no quiere decir que no haya pensado en ti, en ustedes. Lamento mucho
el haberme ido de forma tan intempestiva, pero lamento más el hecho de haberte
defraudado, el haberte fallado más que el hecho de haberte abandonado.
Las cosas aquí son muy diferentes, deje el país porque
estaba enfermo, tan enfermo como yo. Acá todo es diferente, se respira salud,
se respira justicia, se respira libertad, se respira cambio. Allá todo estaba
podrido y muy pocos tenían ganas de luchar, todos estaban amodorrados, me
pregunto si algún día el país despertará de esa eterna madrugada, si dejaran de
ser zombis, si todo terminará.
Huí porque no tenía ganas de seguir así, ya no tenía las
fuerzas para seguir viviendo con esa situación y en más seguir luchando con la
enfermedad, pero los aires del viejo mundo me han dado ganas de volver a vivir.
Escribo mucho y he conocido infinidad de gente, me rodeo con los círculos intelectuales
y artísticos de esta gran ciudad, mantengo contacto con muchos intelectuales de
toda Europa. He conocido gente muy
importante y algunos que lo serán, entre ellos un director español, que ha leído
un poco de mis historias y me dijo que le encantaría hacer un guion conmigo.
Pintores y demás artistas me han dedicado sus creaciones.
A todos les parezco una persona interesantísima, parece que
a ellos les sigue impresionando la carne morena como la de nosotros. Me miran
como una rara ave exótica del amazonas, y no es para más, aunque llevo
viviendo años aquí, no me puedo acostumbrar a su forma de pensar y de sentir. A
veces comprendo su admiración por nuestra tierra, acá las distancias son tan
cortas, los países tan chicos... que me imagino lo que debieron sentir los
primeros colonizadores, al mirar rumbo al horizonte y vieron lo basto de
nuestra tierra, lo grande, lo magnifico, lo hermoso, lo desconocido. Solo me atrevería
a comparar la grandeza de Rusia o la India con nuestro continente. Por cierto
ya se hablar perfectamente francés, el catalán, el inglés, el alemán y un poco
de ruso.
Mi vida es cómoda y mucho mejor que lo que nunca fue ni
sería en nuestra tierra. Me paso la vida
en presentaciones de libro, exposiciones de arte, fiestas de la sociedad, recaudaciones para la filantropía, mítines,
marchas, cantina bohemias, museos y parques. Hasta he ido a las fiestas patrias
que se celebran en nuestra embajada, tal vez algún día veas mi fotografía en el
periódico, en algunas de esas cenas de gala.
Escribo todo el tiempo con la intención de que algún día se
publique un libro mío, no importa si es post mortem. Te mando algunas revistas
donde he sido publicado, verás que el nombre no es el que tú me has dado, pero
cuando hui cambie todo de mi, hasta a ustedes les asesine en mi mente. Nadie
sabe de mi pasado, soy un enigma que causa curiosidad y por eso despierta tanta
fascinación por mi persona, aparte que tú sabes que siempre he sido alguien que
llama la atención.
Pero es precisamente mi vida llena de comodidad y lujo, lo
que me hace sentir culpable, de vivir tan a mis anchas aquí, y ustedes a veces
casi sobreviviendo de aquel lado del océano. A pesar que les maté sigo recordando la casa,
la de los abuelos, los tantos primos y tías, son fantasmas que me visitan en
mis momentos de melancolía que son muchos. El único fantasma con el que
realmente hablo es con el del abuelo, supongo que llego hasta este país porque
cuando me vine me traje su reloj de oro de bolsillo. Hoy no pude más con el
peso de mis recuerdos y me solté llorando y decidí escribir esta carta.
La enfermedad, que todos mis camaradas ignoran, me está
matando, Alekséi y yo la luchamos solos. Alekséi es aquel caballero con el que
intercambiaba correspondencia, cuando llegue acá el me dio asilo y hasta se
casó conmigo para que pudiera obtener la ciudadanía y los beneficios médicos. Es
un ángel, pues a sabiendas de que no le he amo ha estado a mi lado, me ha
cuidado, me ha soportado. Gracias a él he conocido tanta gente y tantos
lugares, gracias a él vivo. Probablemente no soy el amor de su vida, ni el él
mío. Le he dicho que me abandone, he buscado el divorcio, pero por alguna
extraña razón me ve como alguien con
quien podrá lavar todas sus culpas.
Yo no sé como expiaré todo, no tenemos hijos y con mi
enfermedad me resulta inhumano tenerlos. Hago algo de caridad, pero trato de
sentirme bien con mi trabajo, de abatir la separatividad tan grande con la que convivo. Pero a pesar de todo estoy bien.
Ahora cuénteme sobre los nuestros: alguno de mis hermanos se
han casado? Tienen hijos? Qué les pasó a los perritos que teníamos? Sigue vivo
el jazmín que tenia la abuela desde que se casó? Cómo esta de salud? Y mi papá?
Mándeme noticias y bendiciones madre, sólo si su corazón ha perdonado mi
traición, yo aun no perdono el haberme traicionado.
¿es una creación literaria que encierra ocultos deseos de estar en otro lado?
ResponderEliminarNo hay ningun deseo oculto, me pienso y quiero ir
EliminarMe encanta que sepa catalán, un lindo guiño ;)
ResponderEliminarPuede que Damian tenga razón, que en el fondo estés deseando venirte...
Me ha gustado mucho, no me he perdido ni una palabra.
Muchas gracias.
Un abrazo.
muchas gracias a ti, me gusta que te guste
EliminarLeyendo los comentarios de arriba, me perdí :S No entiendo osea todo fue una invención? Disculpad mi ingenuidad, pero es q lo escribiste tan realista... pero tiene sentido q sea solo un escrito, pues dices "llevo años viviendo aca" y pues, para el poco tiempo q te he dejado de leer, no creo q sea años jeje
ResponderEliminarCuidate
Un abrazo!
Es una carta producto de una realidad alterna
EliminarYo siento que escribirás esto dentro de un par de años más. Más bien que la enviaras, le pondrás sello postal, firma y lagrimas. Y tu madre te va a responder.
ResponderEliminarPaz, Amor y Alma