martes, 22 de octubre de 2013

Pueden amar

Qué ingenuos y egoístas somos al creer que el amor es cosa de juventud. Que sólo los jóvenes son capaces de enamorarse y establecer relaciones de noviazgo; que sólo nosotros sufrimos por amor; que sólo nosotros dedicamos canciones y mandamos mensajitos cursis. La creencia resulta absurda cuando descubres los correos que tu padre intercambia con una desconocida, y después del enojo que causa ver que le manda mensajes de amor y que utiliza las mismas artimañas que utilizaría cualquier hombre para conquistar a cualquier mujer; notas  que detrás de esas acciones están los sentimientos que experimentan todos los enamorados; lo que nosotros sentimos cuando nos enamoramos y estamos en la fase de la conquista. Pero luego volteas a ver a mamá y comprendes el por qué crees que el amor es cosa de jóvenes. Porque si bien nadie pierde la capacidad de amar y construir amor, parece que todas las madres, al menos las latinoamericanas, lo olvidan o lo ocultan muy bien. Todo esto como producto de esta cultura machista y heteronomativa. Salvo escasas excepciones, como aquella que te contó mamá de la señora de 70 años que conoció y le contó que tuvo cinco parejas sexuales, una antes del matrimonio y  las otras durante. La señora dijo que se llego a enamorar de un joven mientras estaba casada, pero fue incapaz de dejar a su esposo y a sus hijos. Después de contar la historia, a tu mamá se le escapa decir en voz alta que ella sólo estuvo con un hombre, pero que le habría gustado estar con más. Al darse cuenta de lo que ha dicho se sonroja y cambia de tema dirigiéndose hacia la cocina. Internamente piensas que aún puede probar otras cosas y puede estar con muchos hombres pues aún no esta muerta. Y detrás de esa historia y del comentario de tu madre te das cuenta que al parecer las mujeres se niegan tajantemente a buscar otras formas de amor, y ni hablar de sexo con otros hombres. Tal negación al amor se puede deber a que se han tragado la historia del juntos por siempre. La misma que tú te rehúsas a creer, pero la cual tienes tan internalizada que resulta difícil concebir la vida de otra forma. Entonces recuerdas a tu amigo de 50 años que hace semanas sufría por amor, y vuelves a comprobar que el amor existe a toda edad y lo mismo se sufre que se goza; él, tu amigo,  está en proceso de ruptura con su pareja de 5 años. Luego te enteras que la pareja de tu amigo, que tiene la mitad de años que él, quiere terminar porque siente que tiene otras necesidades. Pero también sabes que han llegado al acuerdo de continuar con una relación abierta y te das cuenta que si se pueden construir relaciones alternas, aunque al principio suene doloroso por no estar acostumbrado a las múltiples posibilidades que el amor ofrece. Al día siguiente, mientras viajas ves al chófer del camión que detiene el autobús y baja a hablar con una chica de un puesto de frutas del mercado, al subir una sonrisa se dibuja en sus labios, pero cuando se da cuenta que lo miras a través del espejo retrovisor vuelve a poner cara de pocos amigos, pero ya has descubierto que hasta los chóferes groseros de los Dalias Directos pueden amar.

2 comentarios:

simplemente gracias por comentar