sábado, 24 de octubre de 2009

La Casa y los abuelos



Han sido varias las cosas que han pasado estos días, pero lo que escribo a continuación es algo que ocupa mi mente en estos momentos...




Ahora a pesar de ser viernes, inicio del fin de semana no salí por allí con los amigos... en vez de eso acompañe a mi má a casa de mis abuelos, sus padres, (obviamente).

Pise esa casa por millonésima vez, esa casa que me ha recibido desde que nací, cuando ni conciencia tenia, esa casa que hasta ahora esta abierta y dispuesta a darme la bienvenida, la casona vieja que ha visto pasar tantas cosas, nacimientos, una muerte, alegrías, penurias, reuniones con motivos de festejos, para discutir algún problema...



La casa esta ubicada en el barrio más viejo de la ciudad, de hecho fueron las primeras viviendas de la ciudad, era de la tía de mi abuela, que fue como su madre pues ella les crió, a ella y a sus hermanos... Así que aproximadamente esa casa tiene sus 100 años... Es una casa a la usanza antigua, con un corredor muy amplio y a cada lado habitaciones que se conectan una con otra. Su fachada es toda de ladrillo, a mi me gusta mucho, son ladrillos chiquitos, sin pintar, lo cual la hace muy rustica. Al pasar la puerta roja de madera te da la bienvenida el zaguán, un pasillito techado, que esta todo lleno de macetas con plantas de sombra, en ese sitio recuerdo bien, cuando era mas peque, tendría 4 años, cuando mi madre me arrullaba en una silla mecedora y cantaba canciones de cuna...



Después están las habitaciones la primera es una sala, después el cuarto de los abuelos, el comedor y la cocina, del otro lado del pasillo, hay varias habitaciones, otra sala y un baño... La casa entera esta echa de adobe, esos ladrillos enormes hechos barro y paja cocidos, las habitaciones son amplias y el techo tan alto y con vigas de madera les da un aspecto de mayor espacio...



Ventanas y puertas de madera, todo rustico, muebles viejos, aun mas que mi abuela, pero tienen ese toque que les dan los años y los momentos... es una casa enorme al final de las habitaciones se extiende un patio grande, grande, donde algún tiempo hubo una nopalera, esa bien la recuerdo yo, los que vinieron después de mi y no lo recuerdan, esa casa mide 10 de frente y 20 de largo, por lo cual es bastante grande y aun así, cuando se reúne toda la familia se llena el lugar por completo. En el fondo del patio, esta el pequeño taller de mi abuelo con unos cajones llenos de herramientas, con las cuales solíamos jugar cuando niños, con cacharros y cosas que mi abuelo guardaba...



La casa es grande, pero antes se me hacia enorme, cambiamos de percepciones y perspectivas...



Ahora no la veo tan grande, como cuando era niño, sigue guardando el misticismo y magia de las casas viejas, pero algo en ella cambio o yo cambie



Hoy mi abuelo esta enfermo, ya esta grande 80 y pico de años carga en su espalda que ya no aguanta tanto peso, esta lesionado de un pie y por su diabetes se le ha complicado un poco, sus pasos son lentos y sus movimientos menos ágiles, veo la decadencia de un coloso, como un árbol se seca de pronto y sus ramas se marchitan, las hojas se vuelven amarillas...



Recuerdo, recuerdo cuando era mas joven, siempre le gusto montar bici, nunca quiso un carro, recuerdo cuando salíamos al mercado a comprar la verdura, y me montaba en la canasta de la bici, o a veces salíamos solo para pasear, y mira que mi abre a mi ya me toco viejo... recuerdo verle trabajar en su tallercito, todo el día a todas horas, se entretenía en arreglar cosas, es por eso que siempre decimos que Tata era inventor, en su vida antes de que yo naciera fue soldador, trabajaba para Ferrocarriles mexicanos, será por eso que a toda mi familia el tren les da un poco de melancolía... Ya más grande, recuerdo a mi abuelo, cuando entre a la adolescencia de la que estoy saliendo, cuando se proponía a arreglar un desperfecto de la casa y nos decía que le ayudáramos, mis primos y yo le ayudábamos, pero era una joda, jeje, es que el siempre fue perfeccionista, medir mas de una vez, poner y quitar el tornillo hasta que quedara bien, probarlas las cosas para asegurarse de que funcionaban, no bien, sino re bien...



El hombre erguido, inquebrantable, tan alto que al mirarlo a la cara no podía evitar mirar el cielo que se alzaba solo a unos palmos de su cabeza, sus grandes manos, eran las de un hombre trabajador, las de un hombre generoso, las de un padre responsable, las de un abuelo amoroso...



Ahora lo vi. Más viejo, acostado en la cama, con un suero en el brazo. Hace unas semanas tuve una visión horrorosa, me pare junto a él y le vi. Casi de mi altura y yo de los primos soy el mas bajito, me dio escalofríos y me hizo pensar en su edad madura... ahora verlo e hizo sentir aun peor...



Después viene mi abuela que también esta grande. Que tiene artritis desde que yo recuerdo, que ya no puede hacer muchas cosas, que tiene ratos bueno, pero que de repente recae. Recuerdo a la mujer religiosa, la que cada 12 de diciembre le hacia el altar a la virgen de Guadalupe, a esa virgen que protege la casa, esa virgen cuya edad se calcula en mas de 150 años, pues ya se encontraba en la familia, desde la madre de mi abuela, esa virgen que se encuentra en la sala...



Ahora mi abuela, camina tan lento, y hay veces en que parece poner todo su esfuerzo y energía en realizar una simple tarea, esa viejita que sufrió tanto la perdida de su hijo, la que aun recuerda, pero se alegra con sus nietos... la que me llevaba con sus comadres sólo a saludar y me presentaba con orgullo cuando yo era mas peque, la que sabe hacer un café sin igual, y la que instituyó que los jueves eran día de caldo de res, y lo prepara tan rico, hasta la fecha ese es el único caldo que puedo comer...



Disfrutaba oír sus historias, de un pueblo donde ella nació, pero nunca vivió y que hasta ahora sigue extrañando, de los tiempos posteriores a la revolución, cuando ella nació; de la vida de antes y de mis raíces, mis antepasados...



Pero soy testigo del otoño, que mas que otoño parece invierno, veo que dos soles se apagan y me duele no poder hacer nada, claro se que así es la vida, que ya tuvieron tiempo y lugar... puedo en primer lugar tener sentimientos de egoísmo, pero se que lo que inicia acaba, que así es el ciclo, que con mis padres se repetirá, solo espero yo no pasar lo mismo...



Hoy cuando estábamos en la cocina, hablando mi madre y yo, le dio por llorar, después de todo son su padres, y yo también lloré, no fue el llanto espejo, yo también sentí la melancolía, la tristeza, la impotencia... y mira que yo soy cabeza fría y casi nunca lloro... al final descubrirmos que es la vida, y que nada se puede hacer, más que proporcionarles una vida de calidad hasta el final y nosotros pasar tantos momentos felices como podamos junto a ellos

4 comentarios:

  1. Quéposttan tierno, rezuma amor.

    Me ha emocionado, se nota que los amas.

    Un abrazo,

    Josep

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  2. Que bellos y hermosos sentimientos los que tienes por tus abuelos. Cielo, cuidarlos, sigue con ellos todo lo que puedas, escuchalos y sobre todo, lo que si tienes que hacer, es estar cerca de tu madre, porque lo va a pasar un poco mal.

    Disfruta de estos años que les quedan, porque las personas mayores lo que se merecen, es vivir sus ultimos días, rodeados de las perosnas que más quieren.

    Un beso cielo

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  3. Vaya que es lindo poder compartir algunos momentos con nuestros queridos viejos. Ya sea con la guitarra, con una sopa de sobre, con un viaje en auto, o con una excursión a un plantío de café, esos momentos se atesoran en el alma.

    Espero que el tiempo con tus abuelitos sea lo más memorable.

    Saludos, abrazos y besos desde Puebla ;)

    --Arminius.

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simplemente gracias por comentar