jueves, 24 de noviembre de 2011

Tu párvula boca, que siendo tan niña me enseño a besar...


Algo tenían sus labios que encantaban a quien los probara. Si bien sus labios eran bellos, no aparentaban tener nada fuera de lo normal. Pero como sucede casi siempre con las personas agraciadas, ella ignoraba ser la poseedora de tan hermoso don.

El primer beso fue robado, pero no arrancado a la fuerza. Cuando muchas chicas de su edad visualizan e imaginan su primer beso, ella nunca lo hizo. Nunca fantaseo con la primera vez, ni ensayo en un espejo, simplemente sucedió. Aun hoy en día cuando pasa por aquel chalet de la avenida arbolada recuerda aquel instante. Fue justo en la azotea de esa casona de comienzos de siglo que dio su primer beso, y le parece ver en el techo, la figura de dos jóvenes amantes que se besan apasionadamente al atardecer. Ambos eran estudiantes de teatro en aquella casa, y fue él quien le convenció de ir a la azotea, ella curiosa acepto. En un momento y sin darse cuenta, sus labios se hallaban en una cálida comunión.

 He en este encuentro inesperado, el origen de su don. El hecho de que sus besos nunca fueron pensados, y  el sabor de la espontaneidad, de lo que aun no ha sido concebido, es lo que les confería el estatus de mágicos.

Al principio guardaba sus besos con recelo, solo para aquellos que le significaran algo especial. Después sus besos se desperdigaron en noches de alcohol y fiesta, pero siguieron guardando el perfume de lo inmaculado porque nunca perdió las ganas de besar con intensidad, nunca lo hizo por obligación, sus labios aunque muchas veces tocados no perdieron la inocencia.

Es por eso que a cada novio, a cada amante en turno, les parecía como si fuese la primera vez que besaban. Ella tenía el don de la castidad, la necesidad de entregarse en cada beso, de desnudarse y mostrarse tal como era.




martes, 15 de noviembre de 2011

“ya nada nos dará lo mismo (lo mismo nunca nos dará nada)"




Para mi el “centro” es “sur” y el sur escapa a los confines de mi mente. Soy del norte cálido, desértico y sangrante. Con su gente calurosa de hablar golpeado.  Donde las ciudades se alejan más y para ir de una a otra tienes que peregrinar por el desierto y los matorrales. Estoy mas arrejuntado a los “gringos”, viajo menos para llegar al país del norte, que para llegar a la capital. Por eso para mi el centro del país es como el sur, y el sur se vislumbra tan lejano y viejo que me parece casi irreal.


Me encanta viajar y estos 3 años de carrera me han dado la oportunidad de viajar por lo menos cada seis meses: Xalapa, Guadalajara, Puebla, Aguascalientes, Toluca… Toluca “la bella” me gusto para enamorarme y desenamorarme, para ser mas objetivo y ver con claridad.

A la ciudad también viajó Niki y después de los abrazos, los besos y el sexo quedo un raro sabor en mi boca, lo acepto pero no me resigno. La cosa quedo más clara, (acaso ya no lo era?). Pero lo acontecido ayudo a que de una vez por todas me caiga el 20.

No me arrepiento de nada, lo tomo como lección de vida, algo necesario para crecer, para inspirarme, para formarme, para hacerme más fuerte. Como diría Lydia “nuestras vidas son muy complicadas, pero son parte de la vida tan fuera de serie que tenemos, no somos iguales que los demás.( Nuestra) Vida (es) dramática y complicada, si no fuera así nos aburriríamos. Como buenos artistas debemos de hacer material polémico para nuestra biografía, si no, no se venderá. Tenemos que tener escándalos sexuales, amores pasionales, adicciones, destruirnos para volver a construirnos”

Y tal vez el comentario es egocéntrico y hasta iluso, y todos pasamos por amores pasionales y de especiales no tenemos ni el apellido, pero solamente así me puedo sentir vivo, sangrando, llorando, riendo, amando desesperadamente. No es que sea masoquista (no mucho), ni me considero como comento un blogger “negativo, cuasi antisocial”.  Soy un soñador, un perfeccionista, utópico. Me falta empaparme de lo “mundano” ser más de aquí y menos de las estrellas.

Aunque debo decir que tanta mundanidad me da miedo, me da miedo perder el brillo, la ilusión y la inocencia. Me da miedo aceptar mi relación con Nikki como natural, acostarme con él un día y al otro buscar a alguien más. Me asustan la frialdad de mis palabras y acciones. Porque mientras estábamos en Toluca dormí con él, y al otro día se fue con un chico. Y aunque esto me saco de onda al principio y medio me bajoneo, después lo acepte tal como vino, no éramos nada y yo podía hacer lo mismo. No lo hice pero termine divirtiéndome mucho esa noche con mis amigos, a pesar de que había visto como se iban juntos. Este episodio me dejo pensando y algo confundido. Será acaso que me estoy “deshumanizando”, que ya no siento como antes y la vida me da igual? Será acaso signo de una madurez emocional?

Desde hace tiempo vi una frase en una película francófona y me sentí identificado, fue como si aquellas palabras fueran escritas para mí.

“eres un pez de aguas profundas. Ciego y luminoso. Nadas en aguas turbulentas con la rabia de la era moderna, pero con frágil poesía de otros tiempos”

Las aguas turbulentas son esta situación y el “amor liquido” que se vive ahora, donde todo es tan efímero y se acepta el hecho de poder tener una relación como la que mantengo con el Nikki; nado con la rabia de la era moderna al entrar al juego, encamarme con uno y otro, besándolo hoy sin saber que pasara mañana; la frágil poesía de otros tiempos se encuentra en el hecho de que ahora sé dar mi amor, y de que aun no he perdido la esperanza de encontrar a alguien que me corresponda y con quien pasaré momentos hermosos.

Romper los paradigmas del amor, aceptar lo que me toco vivir, pero sin dejar la búsqueda eterna y errante del amor. Encontrarlo en los viajes, los días, los antros, las noches, los restaurantes, en el mercado, las cantinas, los parques y las aulas. El “amor” de una noche, de una hora, de unos cuantos días.

Lo acepto pero no me resigno a vivir con un pedazo de ti y tener solo cabida en tus noches de bebidas.

No te puedo odiar por ser como eres, ni me puedo culpar por quererte como te quiero y tratarte con adoración. Solamente soy culpable de caer, de no ser tan fuerte, de no saber resistirme, no poder decir no a tu piel blanca y tus ojos claros.

Cuando más joven dibuje un hombre de ladrillo hecho ruinas, que era reconstruido desde sus cimientos, sobre la obra ondeaba una banderita que decía: “hazme mas fuerte y sin corazón” Aun hoy no he perdido el corazón, pero soy mas fuerte. He pasado por cosas que me han hecho crecer y ser el hombre que soy hoy.

Un día una amiga me dijo: “ eres muy guapo y un encanto, si fueras más alto me enamoraría de ti, claro si no fueras gay” Yo puedo decir que no se enamoraría de mí, porque no sería yo, porque mi baja estatura y el hecho de que me gusten los hombres me han hecho ser lo que soy: mis locuras, mis manías, mis cansancios, mis bondades, mis habilidades, están basadas en el hecho de ser como soy, física, anímica y mentalmente. 

Hoy solo me queda vivir, respirar, trabajar, terminar el semestre, ver a los amigos, visitar a la abuela, recordar a mis muertos, soñar por las noches, cuidarme de día, enamorarme, leer, escribir, sonreir al ver al chico feliz por la escuela, dejar de fumar tanto, no coger tanto por un rato, cantar, ser feliz, dar gracias a la vida y decir: "árbol de la esperanza mantente firme"




Otra vez Frieda, otra vez partido a la mitad... la dialéctica de la vida.






martes, 1 de noviembre de 2011

Confesiones...


Debo de confesar que nunca he leído el Quijote completo, ni a Borges, ni a Paz, ni  a Cortázar. Que mis escritos son puro corazón sin patas. Producto de una exacerbada  emotividad y un maltrecho corazón. Que tengo faltas de ortografía y no se conjugar algunos verbos en todos los tiempos.