Todas las últimas entradas del
blog son el resultado de la situación por la que estoy pasando, y el post
“camas deshechas” tiene una historia detrás. Hay cosas que nunca me atreveré a
escribir, otras que me da vergüenza admitir o pena contarlas. La autocensura
que tenemos nos impide escribir de ciertos temas. Algo así me pasaba y hasta
ahora solo escribía textos que mostraban mi realidad parcialmente y de forma
bella.
La verdad es que desde hace algún
tiempo me estoy acostando con Niki, mi ex pareja, a ese que tanto quise y
tantas cosas me ha hecho. No, no soy tonto. Tengo bien clara la situación, y tener
el control de mis relaciones, de mi vida, de mis sentimientos me hace sentir
bien, contento.
No recuerdo como se volvió a dar
el acercamiento, supongo que en una fiesta con los dos borrachos. Él nunca
borro esa mirada hacia mí, Yo trataba de ignorarlo, Todos presentían lo
inevitable. La primera noche fue de reencuentro y perdón: que pasó después de
que nos separamos?, cómo te va en la escuela?, los amigos?, qué tal la familia?,
y los perros?... honestidad,
declaraciones de un amor que nunca se acabo y permanece latente; nunca te
olvide, yo tampoco; te hice daño, me hiciste daño... Esa noche sólo nos besamos
y dormimos abrazados, como dos chiquillos, hablamos durante horas y dormimos
muy poco.
Después vinieron más encuentros,
más noches juntos, más besos, más abrazos, el sexo, las dudas… Que nos queremos
no hay duda, nos necesitamos?...
probablemente no. Dormir poco y sudar mucho, despertar a su lado, con su
aroma impregnado en mi nariz, un rico mañanero que desentume y des-estresa, que
me pone de buen humor todo el día.
En la semana nos vemos pasar de lejos por los pasillos de
la Facultad, nadie suscita el encuentro ni lo alienta. La vida transcurre
normal, como si las horas desveladas, la saliva desgastada, los abrazos, los
mordiscos y los gemidos nunca hubieran ocurrido y fueran poco menos que un
sueño o una alucinación.
La verdad es que es una posición
cómoda, no sacrificamos nada, ni tiempo, ni amigos, ni posibles relaciones.
Somos como un eclipse de luna: esperamos a que se den las condiciones y nuestros
movimientos coincidan, para iluminar la cama en turno, para desatar mareas
hormonales y manchar de fluidos corporales.
Está implícito que somos
“amantes” y como tales no aspiramos a nada más, a nada más que a jugar por una
noche a que nos “amamos”. Porque su “querer” y el mío no encajan, cada quien
quiere a su manera. Y aun que a veces
pueda saltar la duda, trato de no estacionarme mucho en él. Soy consciente que “el
que juega con fuego se quema” sin
embargo espero salir lo menos chamuscado posible…
No puedo dejar de escuchar esta canción, "The origin of love" donde cuenta el origen del amor desde la percepción platónica combinándola con otras mitologías... La rolita es de la película "Hedwig and the angry inch" un muscial de Broadway muy original... la puse en español pa' los que no comprendemos muy bien el inglés.