Es agradable pero extraño, estar pendientes todo el día aunque estemos tan lejos, y no conozca el tono de tu voz, ni sepa cuanto mides, ni me haya visto reflejado en el café de tus ojos...
"Eres un pez de aguas profundas. Ciego y luminoso. Nadas en aguas turbulentas con la rabia de la era moderna, pero con la frágil poesía de otros tiempos."
sábado, 1 de diciembre de 2012
Amor líquido
Es agradable sentir tu compañía a lo largo de todo el día, saber que te interesa lo que hago; platicar de trabajos finales y que me ayudes. Tontear, hacer planes, ayudarte, discutir, planear un encuentro. Me gusta que seas sociólogo, que seas norteño, que hayas vivido seis meses en el otro hemisferio, la forma en que escribes, que te guste Bourdieu y digas que te sonrojas cuando te halago de forma tan directa.
lunes, 5 de noviembre de 2012
Cortito
Al principio deseaba el amor, así sin más, alguien a mi lado
con quien hacerlo todo o no hacer nada
Después busque el sexo, sin amor, en habitaciones
desconocidas, compartiendo un rato efímero
Ahora quiero la
complicidad de verme reflejado en otros ojos y hacer sonreír otros labios, busco
la complicidad, el secretismo de haber compartido el día y algo más que el
sueño en la misma cama.
jueves, 2 de agosto de 2012
La terapia me ha hecho ir hacia dentro, caer en el
ensimismamiento. Al principio fue divertido, saberse el poseedor de un secreto
interno. La sonrisa de superioridad que se dibuja en los cuadros de Da
Vinci. Con las manos hago un cofrecito y
al separar los dedos pulgares miro hacia dentro lo que a nadie le dejare ver.
Nadie sabe porque sonrío, nadie es dueño de mis pasos, ni de mis
desapariciones. Me mantengo allí pero siempre alejado, donde sólo yo sé estar,
poco a poco me convierto yo también en un secreto. Soy un laberinto Borgiano,
que a veces camino en la oscuridad de mi propio ser. Doy vueltas, dos, tres, cuatro, cinco... pero a cada una descubro algo nuevo, otra forma de afrontar las cosas.
A veces odio todo y a todos, me descubro vanidoso y me asusta un
poco. Me sobreinformo con las redes sociales y me da asco, me da ganas de
vomitar y mandar todo eso que no necesito saber a la chingada. Cerrar todo y
desaparecer del ciberespacio, no tener 20 notificaciones diarias, no ver todo,
no asquearme, no fastidiarme, no odiar solo porque puedo hacerlo, no
sobreexplotar el sentimiento, “Querido Alberto” de Los Punsetes.
El día me pasa entre el sudor de la hora y media de gimnasio, las
hojas de los libros prestados llenos de cuentos latinoamericanos y el sonido de
las películas francófonas que tanto me gustan.
El último pretendiente parece pajarito, con unos ojos dormilones.
Salimos por las calles de esta ciudad-desierto a gritar, a
tratar de desempolvar las cosas. Con el sol ardiente sobre la testa y las gafas
de sol puestas. Nuestras manos aferradas a la esperanza. En una región donde
hace calor la mayor parte del año y la lluvia que cae es casi nula, es difícil
hacer una primavera. A veces me llega la duda de lo imprevisible, me contagio
del sopor que todos experimentamos entre las 4 y 6 de la tarde, y del que
algunos nunca han salido. Pero tantas manos trabajando, tantas voces que se
hace una sola, me han dejado gratas experiencias. Guardo en un atlas viejo que
conservo de la infancia, los que algún día serán souvenirs de juventud:
Panfletos informativos, carteles, trípticos, la foto que salió en el periódico
donde marchamos mi hermana y yo, cacerola y pancarta en manos. Espero algún día
de viejos verla junto con otras fotos y decir: “mira, cuando éramos jóvenes y
teníamos ganas, cuando creíamos en algo”. Yo me siento feliz con las marchas, y
me lleno de energía cuando vamos cientos de personas hacia una misma dirección,
y se me enchina la piel cuando sucede ese mágico momento, en que siento que todo el
mundo calla para oírnos y nuestras cientos de voces se hacen una. No lo hago
por gloria, de hecho a veces llego a cuestionarme porque lo hago. Tal vez ni yo
crea en todo lo que pregonamos, ni crea en el cambio de este sistema podrido,
que con sus manos huesudas de viejo agonizante se aferra y nos rasga, nos hace
daño. Lo hago porque me siento bien haciéndolo, trabajando, esforzándome aunque
sea un mínimo. Porque tengo la necesidad de hacer y sentirme parte de este
capítulo en la historia. Me gustan las reuniones en las plazas públicas, identificarme
con los compañeros, sentarnos bajo la sobre del arbolote, reunirnos en alguna casa
y reír, compartir nuestras vidas tan diferentes por un ratito.
El aleteo amarillo en una jaulita rojo corazón, que encierra
el canto del amor de juventud. Dos fantasmas juguetean en el patio, son niños
con barbas largas y cejas blancas de anciano que se corretean. El verde de las
hojas que toman el sol y que yo veo cambiar, nacer y marchitarse.
Al final siento que
estoy en un sueño y tengo más miedo de que se vuelva eterno, a que llegue a su fin y tenga que despertar con los ojos adoloridos de tanto dormir.
jueves, 21 de junio de 2012
Las fotografías de la casa
Recuerdo mucho la sala de la casa de los abuelos en la niñez. Era el mejor sitio para estar sólo, pues los niños siempre estábamos en el patio jugando y los adultos llenaban el comedor y la cocina. A la sala sólo se le presta atención un día al año, en diciembre cuando mi abuela hace rosario y tamales e invita a todas sus amistades.
Recuerdo sus sillones estilo francés con tapiz de flores aterciopeladas; las ventanas rojas de madera que daban a la calle y sus vidrios esmerilados; algunos adornos con estilo oriental sobre las mesitas en el rincón. La pintura de hace más de un siglo y medio de la virgen, imponente pero igualmente protector y maternal, que era el centro de la habitación.
Me recuerdo de niño y vuelvo a sentir mis pies colgando de los sillones y el terciopelo de estos contra mi piel, viendo pasar la tarde de domingo; el sol que se filtraba primero entre las hojas de los árboles y después por los barrotes de la ventana abierta de par en par. Era un buen refugio en invierno, tumbarse en los sillones a esperar que el sol entrara por la ventana y te calentara.
En las paredes de la sala también esta la historia de la familia. Están las fotos de boda de los bisabuelos, de los abuelos y de cada una y uno de los hijos de la abuela. Fotos de momentos importantes, de quienes ya se fueron, de los que alguna vez fueron familia y ya no lo son... todos enmarcado en madera y muy sonrientes para la cámara.
En el comedor hay una vitrina que dentro guarda los tesoros de la abuela: vajilla, recuerdos, botellitas de vinos y cognac, cartas, documentos... y pegadas en los vidrios, fotos de todos los nietos y bisnietos. Ahora somos tantos que prácticamente ya no se ve el interior y por fuera relucen todas las caras infantiles y sonrientes.
Las paredes del cuarto de los abuelos, que es uno sólo y muy largo, también guarda a la familia, parientes lejanos, un día de pesca, la abuela de niña junto a su hermano, una foto de mi madre de niña junto a su hermano mayor, primeras comuniones, retratos a blanco y negro.
Pero últimamente me di cuenta que las fotografías no cuelgan sólo de la pared, las fotografías andan por toda la casa, sobre todo cuando es cumpleaños de alguien o es algún día feriado. Cambian de ropa y de humor, de estilos de peinado, engordan, adelgazan, les salen arrugas.
Porque todos en esa familia somos fotografías, somos vistos como seres con una sola faz. Reproduciendo el sistema de familia tradicional, unidad, amor incondicional (e incomprensible), apoyo, buenas costumbres, patriarcado, bien presentables todos. Somos fotos de papel y temo que nadie quiere ir mucho más allá de la sonrisa eterna. A veces lo hacen pero con ciertos temas, hay cosas que jamás se tocarán.
No digo que no nos interesemos los unos en los otros, pero es que simplemente no hemos sido educados para pensar en los otros miembros de la familia como seres multidimencionales, universales, y por lo tanto nos cuesta mucho hacernos a la idea que somos personas que cogen, que se deprimen, que piensan, que sienten, que tienen mal de amores,que se preocupan, que pueden consumir drogas, que pueden tener preferencias sexuales diferentes, que pueden desear haber muerto, que lloran, que se divierten, que tienen pasiones, que tienen broncas... que son mucho más que una sola dimensión. Por selección sólo se tratan y se ven algunos temas, otros simplemente se ignoran sesgando la vida de cada uno, viendo sólo lo que se desea ver.
Inculcan el amor a la familia como si este fuera a darse inmediatamente, como si los lazos de sangre fueran suficientes como para sentir amor por alguien. No quiero ser injusto, están chapados a la antigua, somos una familia tradicional del México norteño. Creemos en el amor romántico, aun no se han dado cuenta que el amor se construye, que no se impone ni se hereda.
Por eso no me parece tan fuera de realidad la película "J'ai tué ma mère" donde un chiquillo canadiense llega a odiar a su madre, aunque después se siente culpable por hacerlo. No estamos obligados a amar a nadie, no tenemos que hacerlo por el simple hecho de estar emparentados. Si no ha habido suficiente interacción, si la persona no despierta en ti nuevos sentimientos, si no te hace ser diferente por ella, no es amor... Muchos caemos en ese error, damos por hecho que debe haber amor y lo forzamos, sin entender que el amor filial también se construye y no nos llega como imposición.
Son pocos los familiares con los que he pasado la barrera de ser simples fotografías, la mayoría primos... y la verdad algunas veces dudo ente contemplaros íntegramente o dejar que sigan como fotos y guardarlos en una caja en el fondo de un cuarto obscuro.
lunes, 11 de junio de 2012
El arte es garantía de salud
Me di cuenta que era, o soy (esa línea aun no esta bien trazada) un chico con problemas emocionales, alguien tal vez con buen porte y de aires regios. Al que le costaba poner en contacto sus ideas, su alma, su sentir: lo impalpable y etéreo; con esta armadura que me dieron, está máquina que efectúa acciones en los físico y material, mi cuerpo: la existencia.
Es por eso que me fue tan fácil escribir. Dejar impregnado sobre el papel o la pantalla lo que pensaba y sentía, y de paso lograr que otros se vieran envueltos en ello. La escritura funcionó como una válvula de escape, de ese ser racional y práctico. Por eso los escritos tan pasionales, tan finamente escritos, la precisión de los sentimientos, todo volcado con gran intensidad. De no haber sido así hubiera terminado neurótico. Al fin y al cabo eran producto de una emotividad exacerbada, maltrecha y reprimida que luchaba por ser escuchada, por ver la luz. Algunas veces después de escribir me sentía como si acabara de vomitar y al final respiraba aliviado
Pero ahora vivo mis emociones, o al menos lo intento, y ya no escribo tanto. Aunque mi testa siga ideando situaciones, imaginando, fantaseando para hacer la vida menos aburrida y poder sobrellevar este clima seco y caluroso que a veces me asfixia.
Hoy quiero ser el personaje de un relato, vivir en un libro; dejar a mis amigos y familia descritos en hojas amarillentas; agregar nuevos personajes y situaciones; escribir el boceto de mi vida. Ser el guión de una película independiente con las locaciones en toda la región, recortada y editada, haciendo una sola y gran ciudad imaginaria; donde pasearíamos de la mano, donde celebraría con los amigos la vida, donde te encontraría y nos volveríamos a perder.
Escribirme a mi mismo, imprimir letras en todo mi cuerpo y que estas se desborden; que por el lecho seco del río vuelvan a correr ahora las palabras; que del cielo lluevan letras; que la laguna tantos años vacía se llene de historias.
Es por eso que me fue tan fácil escribir. Dejar impregnado sobre el papel o la pantalla lo que pensaba y sentía, y de paso lograr que otros se vieran envueltos en ello. La escritura funcionó como una válvula de escape, de ese ser racional y práctico. Por eso los escritos tan pasionales, tan finamente escritos, la precisión de los sentimientos, todo volcado con gran intensidad. De no haber sido así hubiera terminado neurótico. Al fin y al cabo eran producto de una emotividad exacerbada, maltrecha y reprimida que luchaba por ser escuchada, por ver la luz. Algunas veces después de escribir me sentía como si acabara de vomitar y al final respiraba aliviado
Pero ahora vivo mis emociones, o al menos lo intento, y ya no escribo tanto. Aunque mi testa siga ideando situaciones, imaginando, fantaseando para hacer la vida menos aburrida y poder sobrellevar este clima seco y caluroso que a veces me asfixia.
Hoy quiero ser el personaje de un relato, vivir en un libro; dejar a mis amigos y familia descritos en hojas amarillentas; agregar nuevos personajes y situaciones; escribir el boceto de mi vida. Ser el guión de una película independiente con las locaciones en toda la región, recortada y editada, haciendo una sola y gran ciudad imaginaria; donde pasearíamos de la mano, donde celebraría con los amigos la vida, donde te encontraría y nos volveríamos a perder.
Escribirme a mi mismo, imprimir letras en todo mi cuerpo y que estas se desborden; que por el lecho seco del río vuelvan a correr ahora las palabras; que del cielo lluevan letras; que la laguna tantos años vacía se llene de historias.
viernes, 8 de junio de 2012
La disputa
A Bernardo le enseñaron que el culo de un hombre no se toca, que su culo era intocable. Por eso cuando a su novia Raquel se le ocurrió querer jugar con él en pleno acto sexual, la pasión del momento se desvaneció y éste casi la avienta del viejo futón en el que estaban.
A él no le cabía... en la cabeza a que hombre, hombre -los maricas no contaban- le gustaría que le metieran algo en el culo, y menos que a su novia se le ocurriera semejante atrocidad. Si bien Raquel era mujer de ciudad y el hombre de campo, y sus ideologías y maneras de ver la vida parecían contrarias y muchas veces chocaban, esto era el colmo. Podía tolerar sus ideas y hasta estar de acuerdo con algunas, pero que intentara meterle los dedos por el culo, le resultaba intolerable.
A Raquel que era mujer terca, no le ofendió tanto el hecho de que su novio se negara a tal petición -poco le importaba este juego en la cama. Lo que le molestó fue el hecho de que su novio se mostrara tan estrecho... de mente. Así que decidió emprender una batalla sin duda de que la ganaría, pues era alguien acostumbrada a obtener siempre lo que quiere, y se nego rotundamente a tener sexo con Bernardo hasta que él no se dejara dar por el culo.
Las primeras tres semanas para él fueron llevaderas, pero para la cuarta decidió dejar de tener contacto sexual con Raquel, pues ella jugaba sucio y al momento en que él intentaba avanzar más, ella se negaba recordandole su propuesta, a la que él inmediatamente rechazaba.
Ante eso, a Bernardo no le quedaba más que ir al baño y hacerse justicia por su propia mano. Así duró tres meses hasta que llego al punto en que le era imposible vivir de la chaqueta. Y como era hombre integro, ni por la mente le pasaba el serle infiel a su amada.
Después de una plática seria y los ruegos de él por tener un poco de sexo, aunque fuera "una mamada por caridad". La actitud de Raquel no cambiaba ni se le veía titubear. Incluso cuando Bernardo le dijo que si no tenían sexo y se olvidaba de ese tema la dejaría -al mas puro estilo chantajista- Raquel se mostró firme.
Vencido por la desesperación y las ganas de follar, Bernardo accedió a que su virilidad fuera quebrantada y su novia le metiera un dedo -y sólo uno- el indice de la mano izquierda -pues dicen esta mano es mas delgada-.
Llegando la noche acordada, Bernardo sólo pidió que antes del acto se le concediera tomarse unas cervezas y un tequila pa' agarrar valor. Ya entonado y prendido por tanta energía sexual que había acumulado durante tantas noches de celibato, cuando Raquel comenzó a acercarse peligrosamente, él ni respingo. Y habiendo cumplido lo pactado ni siquiera se volvió a tocar el tema, ni el culo de él, y ambos se dedicaron a gozar del placer que tanto tiempo se habían negado.
De allí en más recuperaron el ritmo normal, una o dos veces entre semana y un mañanero los sábados o domingos, olvidando el tema por completo. Hasta un día en que Raquel llegó temprano al apartamento de ambos e intentando sorprender a su novio, se topó con un Bernardo muy entretenido jugando con el mayor de los dildos que ella guardaba en el fondo de su clóset.
jueves, 10 de mayo de 2012
Redes sociales
Esta falsa necesidad de contarlo todo,
decirlo todo,
mostrarlo todo;
¡cómo si al mundo le importara un carajo!
Solo demuestra nuestra soledad,
nuestra separatividad,
nuestra individualidad.
Gritando al vacío esperando escuchar el eco.
martes, 8 de mayo de 2012
Tolvanera
A veces sucede que quiero escribir, pero no puedo. Y no es debido a la falta de temas, siempre hay una idea que me suena en la cabeza, siempre una pequeña historia que imagino mientras viajo entre las sacudidas del camión o cuando estoy en la cama antes de dormir.
Me han dado ganas de escribir sobre mis terapias y el terapeuta que me canta pedazitos de canción de Silvio Rodríguez; sobre el chico intenso de la facu que se lanza vorazmente sobre mis huesitos; sobre como he visto que las parejas se mienten en las relaciones. Contar que estoy en un proceso de autodescubrimiento; los viajes que he realizado; las salidas y los amigos; que ya no me enamoro "tanto" como antes; las cosas pequeñas de mi cotidianeidad; que tengo ganas de beber vino tinto en buena compañía.Del calor que hace en estas tierras; de las campañas electorales.Sobre esa cancioncita que me hace feliz.
La verdad es que muchas veces no encuentro la manera de hacerlo, no se como continuar escribiendo o algo que me inspire a hacerlo. Me dan ataques de animo nihilista y ni quien me saque. Sigo igual de voluble que antes, pero ahora soy consciente de muchas cosas más. Trabajo a diario, incluso sin damre cuenta, en tratar de cambiar y estar mejor conmigo mismo.
Pero no sé si fue el hecho de sentirme descubierto, o que me estoy enfocando más a mi mismo de otra manera, o que sea una de esas etapas que nos llegan a todos. El chiste es que no puedo escribir como antes, aunque en mi siga viva la ilusión de seguir escribiendo hasta el final.
Por el momento siento que me encuentro en medio de esas tolvaneras desérticas que de cuando en cuando llegan a la ciudad, y el aire se satura de tierra y te obliga a cerrar los ojos, y los arboles se agitan y los mas viejos caen y la gente corre a quitar la ropa y cerras las puertas y ventanas de las casas, y rugue el viento en tus oídos... hasta que todo pasa, y abres los ojos y vez el cielo azul y sin nubes. Y sigues delante por la calle, por la vida, con el sol en la testa y unas gotas de sudor en el pecho, hasta que llegue otra tolvanera que mueva todo.
Por el momento siento que me encuentro en medio de esas tolvaneras desérticas que de cuando en cuando llegan a la ciudad, y el aire se satura de tierra y te obliga a cerrar los ojos, y los arboles se agitan y los mas viejos caen y la gente corre a quitar la ropa y cerras las puertas y ventanas de las casas, y rugue el viento en tus oídos... hasta que todo pasa, y abres los ojos y vez el cielo azul y sin nubes. Y sigues delante por la calle, por la vida, con el sol en la testa y unas gotas de sudor en el pecho, hasta que llegue otra tolvanera que mueva todo.
viernes, 6 de abril de 2012
Tepehuano
La luz entra sin el filtro del esmog y la contaminación, sin el color gris del asfalto y la ciudad. Siento como el azul intenso inunda mis pupilas y por instantes creo que mis ojos pardos se tornan del mismo color.
El viento, canción milenaria, esta saturado de nada. Lleva la eternidad en su sonido limpio de cláxones y sirenas. Transporta el canto de los pájaros que se ocultan entre las mismas ramas de los arboles que lo hacen sonar.
Es tal el encanto de las aguas de este río, que los pobladores dicen que quien bebe de él se queda a vivir aquí. Yo sólo se que sin duda volveré...
lunes, 12 de marzo de 2012
Criatura desértica
Ataca con ponzoña como las serpientes. Silencioso y
repentino ataque. Es su jodida mañana de no hablar claro. Tenía razón papá
cuando le decía que sus ojos eran de víbora. Pero a alguien tiene que atacar,
sacar un poquito del odio que guarda para sí misma, no importa si es extraño o conocido.
Le gusta pasear por entre los cardenches, que con sus
espinas en forma de gancho se atoran y
le arrancan pedazitos de piel y carne. Es su masoquismo una forma de
suicidio parcial.
Le gusta dañar y que le dañen.
Busca pareja sexual entre la oscuridad y la luz neón del desierto. Engañosa y seductora se mueve
lenta y cadenciosamente lista para ligar. La presa es disfrutada en la
actividad sexual y abandonada al instante. Puede ser esta una forma de alimentarse y de postergar su vida y
sufrimiento. Guarda gusto por lo estético,
vano y efímero, lo cual se ve reflejado en la elección de sus presas. Dicen
que nunca vuelve a repetir
Siente desdén por la vida y es que no le importa mucho lo
mundano, por eso se la pasa mirando por la ventana en dirección hacia el cielo
cuando viaja en el camión, con los audífonos en los oídos y la imaginación a
kilómetros de allí.
Se ha vuelto la traición constante de vida. Traicionada por
amigos, amores y por ella misma. Desde
el momento en que se falló supo que nadie podía volver a respetarle y ha
convertido a la traición en estilo de vida. “Traicióname que yo te traicionare”.
Otras veces se recluye en si habitación. Abandona a todos y
ella misma. Dedica largas horas a la contemplación y placer propio. Alimaña que
se refugia del insoportable calor, corre y se esconde bajo una roca.
No hay el agua suficiente en este yermo paraje para que se
vea reflejada en su totalidad, por eso busca verse reflejada en los ojos ajenos y es solamente allí
que puede descubrir su forma y su color.
A veces un pez que nada en esta laguna seca, a veces el
pajarillo que canta en el campo yermo, a veces la suculenta altanera que toma
el sol en el monte, a veces una roca milenaria en el cerro. Criatura desértica, hija de la soledad y la insolación, del
agua que falta, del sol que sobra, del aire seco, las tolvaneras y el polvo.
Tan extremosa como el clima, tan particular como el origen de la región.
martes, 6 de marzo de 2012
La muerte del ave
Murió sin tocar el suelo, como un pájaro victima de la resortera y el buen tino de un niño malicioso.
Todo fue tan rápido, y sin embargo puedo ver cada detalle en mi mente: el camión destartalado que no hace alto total cuando él intentaba apearse; sus pies en sus zapatos viejos de obrero a escasos centímetros de tocar el suelo. La señora en su carro último modelo color blanco que no lo ve y sigue de frente. Su cuerpo obeso, proyectado por los aires con la gracia de un guajolote en vuelo. La cabeza estrellada contra el asfalto caliente, como cuando se arroja un huevo.
Murió en el aire y quiero pensar que en alguna cultura eso es señal de algo y que ira directo al paraíso o reencarnara en ave.
Todo fue tan rápido, y sin embargo puedo ver cada detalle en mi mente: el camión destartalado que no hace alto total cuando él intentaba apearse; sus pies en sus zapatos viejos de obrero a escasos centímetros de tocar el suelo. La señora en su carro último modelo color blanco que no lo ve y sigue de frente. Su cuerpo obeso, proyectado por los aires con la gracia de un guajolote en vuelo. La cabeza estrellada contra el asfalto caliente, como cuando se arroja un huevo.
Murió en el aire y quiero pensar que en alguna cultura eso es señal de algo y que ira directo al paraíso o reencarnara en ave.
lunes, 5 de marzo de 2012
Cansado de sentirme cansado
(No leer si no se quiere llenar de vibras negativas)
El psicólogo, las microdosis, los amigos, los libros, la escritura, son paliativos. Sé muchas cosas, pero no sé como hacerlas..
domingo, 4 de marzo de 2012
Las partes, yo, el todo social
Siempre he creído que hay un modo de hacer las cosas. Por eso me gustan las reglas de etiqueta, la hora del té inglesa, el ritual del mate argentino, la moda: vestir bien, saber que va con qué y lo que nunca se combina.
Creo que todo en esta vida tiene un por qué y un cómo, no hay generación espontanea, si se hace de tal o cual manera es porque obedece a algo mas que mero gusto. Detrás esta toda una historia y un significado.
Tal vez por ser así Acuarela teme que me convierta en un intelectual orgánico* y ayude a perpetuar el orden de cosas existente. Y acepto que puedo ser muy funcionalista y creo en un sistema organizado. Pero el caos también es sistema.
Tal vez por eso soy sociólogo, porque me gustan las reglas. Pero aparte de sociólogo soy gay, y me considero más bien de centro izquierda. Y se puede decir que a pesar de mi "gusto" por las reglas, nací para romperlas. Y en ese gusto (casi obsesión) por las reglas, y mi persona que me hace romperlas, esta mi vocación y convicción para ser sociólogo, no sólo desacatar por desacatar, sino saber si sirven o son obsoletas, y estudiarlas ya que la sociedad no funciona sin reglas.Sin embargo, habrá muchas cosas que no me atreva a cambiar, tal vez porque soy romántico y me gusta hacerlo a la "old way". Tal vez porque no soy muy crítico, se lo dije lejos de aquí, que a mi me gustaba su lado crítico. Siempre tiene que haber algo que pueda ser mejorado. Si, a veces le pueden decir que esta en contra de todo, pero me gusta porque no es conformista.
Yo también me considero complaciente, me gusta dar fiestas y ser el anfitrión, hacer sentir bien a los invitados... organizar, comprar, ofertar que mi casa sea la suya por un momento, verles disfrutar y estar atento, al final lavar los platos sucios. Mi educación en casa me hizo formarme así, tal vez por eso no me atreva a cambiar o criticar muchas cosas.
Pero también me duele la pobreza y me jode la miseria. Claro que quisiera un mundo diferente, un modelo diferente donde no se fomente la riqueza de pocos y la pobreza de tantos. Donde no se utilice la violencia y no vivamos en este mundo voraz y antropófago, donde el hombre se confunde con la máquina y el paisaje y todo termina siendo explotado y llevado casi al exterminio. Un mundo donde no vendamos el alma al diablo, el hermano al dinero, por un poco de placer.
Ella dice que es antisistema, a mi me parece que sin sistema todo es anarquía y de la desorganización nada sale. "Un nuevo sistema" terminaría siendo impuesto y es el cuento de nunca acabar. Ciertamente no puedo estar de acuerdo con un sistema que esclaviza y genera dolor. Es mi obligación y deber el querer cambiar, lo acepto gustoso, tratar de romper los paradigmas que atan, que duelen, que hieren. El problema es como lograrlo en un mundo social y sin renunciar al bienestar propio.
Será que soy cobarde, o tan contradictorio como el propio sistema, será que soy engendro de esta post-modernidad, será que hay poco hombres realmente revolucionarios, en toda la extensión de la palabra, de esos que rompen con el sistema aunque este caiga en sus cabezas y les hiera y tengan que empezar de cero. Será que no quiero pensar que todo esta jodido. Será que al final simplemente no sé nada
Creo que todo en esta vida tiene un por qué y un cómo, no hay generación espontanea, si se hace de tal o cual manera es porque obedece a algo mas que mero gusto. Detrás esta toda una historia y un significado.
Tal vez por ser así Acuarela teme que me convierta en un intelectual orgánico* y ayude a perpetuar el orden de cosas existente. Y acepto que puedo ser muy funcionalista y creo en un sistema organizado. Pero el caos también es sistema.
Tal vez por eso soy sociólogo, porque me gustan las reglas. Pero aparte de sociólogo soy gay, y me considero más bien de centro izquierda. Y se puede decir que a pesar de mi "gusto" por las reglas, nací para romperlas. Y en ese gusto (casi obsesión) por las reglas, y mi persona que me hace romperlas, esta mi vocación y convicción para ser sociólogo, no sólo desacatar por desacatar, sino saber si sirven o son obsoletas, y estudiarlas ya que la sociedad no funciona sin reglas.Sin embargo, habrá muchas cosas que no me atreva a cambiar, tal vez porque soy romántico y me gusta hacerlo a la "old way". Tal vez porque no soy muy crítico, se lo dije lejos de aquí, que a mi me gustaba su lado crítico. Siempre tiene que haber algo que pueda ser mejorado. Si, a veces le pueden decir que esta en contra de todo, pero me gusta porque no es conformista.
Yo también me considero complaciente, me gusta dar fiestas y ser el anfitrión, hacer sentir bien a los invitados... organizar, comprar, ofertar que mi casa sea la suya por un momento, verles disfrutar y estar atento, al final lavar los platos sucios. Mi educación en casa me hizo formarme así, tal vez por eso no me atreva a cambiar o criticar muchas cosas.
Pero también me duele la pobreza y me jode la miseria. Claro que quisiera un mundo diferente, un modelo diferente donde no se fomente la riqueza de pocos y la pobreza de tantos. Donde no se utilice la violencia y no vivamos en este mundo voraz y antropófago, donde el hombre se confunde con la máquina y el paisaje y todo termina siendo explotado y llevado casi al exterminio. Un mundo donde no vendamos el alma al diablo, el hermano al dinero, por un poco de placer.
Ella dice que es antisistema, a mi me parece que sin sistema todo es anarquía y de la desorganización nada sale. "Un nuevo sistema" terminaría siendo impuesto y es el cuento de nunca acabar. Ciertamente no puedo estar de acuerdo con un sistema que esclaviza y genera dolor. Es mi obligación y deber el querer cambiar, lo acepto gustoso, tratar de romper los paradigmas que atan, que duelen, que hieren. El problema es como lograrlo en un mundo social y sin renunciar al bienestar propio.
Será que soy cobarde, o tan contradictorio como el propio sistema, será que soy engendro de esta post-modernidad, será que hay poco hombres realmente revolucionarios, en toda la extensión de la palabra, de esos que rompen con el sistema aunque este caiga en sus cabezas y les hiera y tengan que empezar de cero. Será que no quiero pensar que todo esta jodido. Será que al final simplemente no sé nada
martes, 21 de febrero de 2012
Impar
Un gemido y una mano que trata de acallarlo.
El sexo palpitante en la humedad de la boca.
Los ojos cerrados, sin darse cuenta quien voltea para
arriba y disfruta la cara de placer.
Besos en la nuca y en el cuello, un escalofrío por la espina
dorsal.
Piel blanca ardiente y sudorosa.
(Cambio de posición.)
Se fundieron en un antiguo dios hindú con 3 pares de manos
que emanaba deseo y pasión.
El espacio queda chico cuando de más de dos se trata.
La presión de más de un cuerpo.
EL latir de tres corazones.
(Cambio de posición.)
Los movimientos de las caderas que se sincronizan.
La tarde afuera nublada.
El delicado olor del amor.
La mano que no sabe a
quien toca.
(Cambio de posición)
La respiración agitada, la taquicardia en el corazón.
Los dedos de los pies crispados.
El derrame de la vida dentro del cuerpo, sobre el colchón y las sábanas,
en la piel, en el aire, sobre la vida misma.
domingo, 19 de febrero de 2012
El reflejo de los ojos ante el espejo.
Salgo de ducharme y me paro enfrente del espejo. No me miro, esta empañado por el vapor y solo alcanzo a distinguir mi silueta borrosa, casi diluida con el fondo. No me atrevo a pasar la mano para quitar ese velo, me da miedo ver lo que el espejo pueda reflejar. Mi mano avanza hacia el espejo y de un movimiento queda ante mi revelada la nítida imagen de mi rostro. No me resulta tan desagradable lo que veo. Retiro unos mechones de pelo que caen en mi frente y observo mis cejas. Me gustan mis cejas, tupiditas, algo gruesas pero sin perder la forma. Entre las dos alcanzo a distinguir como van naciendo los vellitos, si los dejo crecer llegan a formar unas alas de golondrina. Bajo hasta mi nariz y me gusta, fina y respingada: "de niña" dicen mis amigos. Mis labios los considero bonitos, de la boca entreabierta se distinguen los dos dientes frontales, algo grandes y un poco separados, ese pequeño detalle lo adoro. La barba que tras algunos días sin rasurar comienza a crecer, así me gusta ni tan larga, ni sin nada. Observo mi rostro y me gusta, aunque ahora este un poco mas llenito.
Max alguna vez en la cama me dijo que le recordaba a Frida Kahlo. El sabía de mi gusto por la artista y era consciente del cumplido que para mi representaba tal afirmación. Asumí que tal vez lo que el veía de Frieda en mi eran las cejas frondosas de la pintora. Pero fue un día que, precisamente, saliendo del baño, me pare ante el espejo de mi cuarto, comprendí de que hablaba. Nunca he sido mucho de verme en los espejos, y si lo hago no pongo especial atención en mi cara. Por eso mi espejo sirve de pizarrón para anotar pendientes. También allí esta pegada la foto de mi abuela, donde aun es joven y parece actriz del cine de oro mexicano. Hay una tarjeta de teléfono público con una reproduccion de un óleo mexicano que con estilo rococo representa un sagrado corazón rodeado de ángeles y querubines. Mi prima me observa caracterizada de "La catrina" mientras un dibujo de una criatura andrógina estilo anime adorna la orilla. Entre post-it, fotos y recortes están dos postales de Frida. En una se ve un autorretrato de ella y en la otra una foto.
Ese día mientras me contemplaba en el espejo, me di cuenta de lo que dijo Max. Y el no hacía referencia a las cejas de Frieda, lo que había en mi eran sus ojos, o mejor dicho los ojos que ella se pintaba. Sin darme cuenta estaba mirando como lo hace ella desde sus pinturas, de frente, con la cara tres cuartos, impávido ante el observador, serio. Los ojos chiquitos, las lineas de los párpados, las ojeras, el color de los ojos, la forma, las pestañas cortas, el mismo mirar retador y sereno. Le dije a Max y dijo que estaba en lo cierto, tenía los ojos de pintora mexicana.
Max alguna vez en la cama me dijo que le recordaba a Frida Kahlo. El sabía de mi gusto por la artista y era consciente del cumplido que para mi representaba tal afirmación. Asumí que tal vez lo que el veía de Frieda en mi eran las cejas frondosas de la pintora. Pero fue un día que, precisamente, saliendo del baño, me pare ante el espejo de mi cuarto, comprendí de que hablaba. Nunca he sido mucho de verme en los espejos, y si lo hago no pongo especial atención en mi cara. Por eso mi espejo sirve de pizarrón para anotar pendientes. También allí esta pegada la foto de mi abuela, donde aun es joven y parece actriz del cine de oro mexicano. Hay una tarjeta de teléfono público con una reproduccion de un óleo mexicano que con estilo rococo representa un sagrado corazón rodeado de ángeles y querubines. Mi prima me observa caracterizada de "La catrina" mientras un dibujo de una criatura andrógina estilo anime adorna la orilla. Entre post-it, fotos y recortes están dos postales de Frida. En una se ve un autorretrato de ella y en la otra una foto.
Ese día mientras me contemplaba en el espejo, me di cuenta de lo que dijo Max. Y el no hacía referencia a las cejas de Frieda, lo que había en mi eran sus ojos, o mejor dicho los ojos que ella se pintaba. Sin darme cuenta estaba mirando como lo hace ella desde sus pinturas, de frente, con la cara tres cuartos, impávido ante el observador, serio. Los ojos chiquitos, las lineas de los párpados, las ojeras, el color de los ojos, la forma, las pestañas cortas, el mismo mirar retador y sereno. Le dije a Max y dijo que estaba en lo cierto, tenía los ojos de pintora mexicana.
martes, 14 de febrero de 2012
Compasión, una forma de amor...
No hay nada más pesado que la
compasión.
Ni siquiera el propio dolor es tan pesado
como el dolor sentido con
alguien,
por alguien, para alguien,
multiplicado por la imaginación,
prolongado
en mil ecos.
-Milan Kundera-
No es verle y simplemente pasar de largo, porque ahí hubo algo. La razón por la cual en un comienzo me gusto, no fue la misma por la cual después me enamore, después, mucho después aun de estar juntos. Al principio no conocía su mente atormentada, después su vacío existencial me atrajo y me devoró. Despertando en mi una compasión que me hizo amarle, estar a su lado (aunque no estuviera al mio), preocuparme y tratar de brindarle mis ganas, mi fuerza, mi salud, mi cordura, mi compasión que no es más que amor. Kundera ofrece una explicación que me parece aceptable...
En todos los idiomas derivados del latín forman la palabra «compasión» con el prefijo «com-» y la palabra pas-sio que significaba originalmente «padecimiento» esta palabra se traduce a otros idiomas por ejemplo al checo al polaco al alemán al sueco mediante un sustantivo compuesto de un prefijo del mismo significado seguido de la palabra «sentimiento» en checo sou-cit en polaco wspólczucie en alemán mit-gefühl en sueco med-kánsla en los idiomas derivados del latín la palabra «compasión» significa no podemos mirar impertérritos el sufrimiento del otro o participamos de los sentimientos de aquel que sufre en otra palabra en la francesa pitié en la inglesa pity en la italiana pieta etc que tiene aproximadamente el mismo significado se nota incluso cierta indulgencia hacia aquel que sufre avoir de la pifié pour une femme significa que nuestra situación es mejor que la de la mujer que nos inclinamos hacia ella que nos rebajamos este es el motivo por el cual la palabra «compasión» o «piedad» produce desconfianza parece que se refiere a un sentimiento malo secundario que no tiene mucho en común con el amor querer a alguien por compasión significa no quererlo de verdad en los idiomas que no forman la palabra «compasión» a partir de la raíz del «padecimiento» passio sino del sustantivo «sentimiento» estas palabras se utilizan aproximadamente en el mismo sentido sin embargo es imposible afirmar que se refieran a un sentimiento secundario malo el secreto poder de su etimología ilumina la palabra con otra luz y le da un significado más amplio tener compasión significa saber vivir con otro su desgracia pero también sentir con él cualquier otro sentimiento alegría angustia felicidad dolor esta compasión en el sentido de jvspó/czucie mitgefübl madkansld significa también la máxima capacidad de imaginación sensible el arte de la telepatía sensible es en la jerarquía de los sentimientos el sentimiento más elevado...
Porque a mi Latino, hablante de lenguas romances, la compasión me significa amor.Es esa clase de amor por compasión, los resquicios que quedan de ella, que a pesar de los pesares, te siga teniendo atorado como espinita entre carne y uña. Que sigas vagando de repente por mi mente, y me preocupe por las cosas, que sé, te has ganado a pulso. Falta un poco de egoísmo del bueno, de amor a uno mismo.
viernes, 3 de febrero de 2012
Memoralia
Creo que siempre he tenido una memoria peculiar. Mis primeros recuerdos son de cuando tenía 2 años y junto a mis padres viajamos a la capital. Los recuerdos más marcados y que sorprenden a mi mamá son de la zona arqueológica: las flautillas de barro, la lluvia que nos empapo, los aretes que compró ella y que eran representaciones en miniatura de un escudo azteca.La estatua del panda con la que tontamente me querían convencer porque el zoo estaba cerrado.
Después la infancia y la niñez. El calzado que usaba cuando sufrí un accidente; los domingos en casa de la abuela y sus sillones aterciopelados, sentir el calorcito del sol tumbado en ellos; los dulces y el tendero; los juegos en el taller del abuelo y el patio; la nopalera; las gallinas y el guajolote; las fiestas de cumpleaños y forma de las piñatas; los juguetes.
No recuerdo todo completamente, pero si gran parte. Mamá dice que poseía una especie de memoria fotográfica, y yo estoy casi seguro que así era, recordaba muy bien todo. Pero conforme crecí ese "don" se fue perdiendo. Ahora me cuesta recordar parte de conversaciones, o que llevaba puesto ese día. Olvido direcciones, números de telefonos, eventos, aniversarios y deberes de la Facultad. A veces reclaman: "pero si ya te lo habia dicho", "no te acuerdas, te lo comente y tu dijiste..." A veces puedo ser muy despistado y olvidar cosas simples como sacar la basura o hacer cierta llamada. Cuando tomo demasiado tengo lagunas mentales y a la mañana siguiente veo todo borroso, por eso trato de no excederme.
Me pregunto si los sueños también se almacenan en nuestro cerebro. Pues a últimos días sucede que durante me vienen recuerdos de algo que soñé tal vez hace años, sobre todo por las mañanas cuando estoy solo en casa y lavo los trastes, barro los patios o limpio cuarto, actividades que requieren poca concentración. De repente se viene la imagen a mi cabeza, como si fueran recuerdos, pero sé que fueron sueños, una fábrica, un paraje en la carretera, un viaje que no hice, casas viejas, o personas que nunca he visto.
Mientras escribo esto todo viene a mi mente, colores, formas, voces, personas, olores... una neblina que no me deja ver en donde estoy parado.
Después la infancia y la niñez. El calzado que usaba cuando sufrí un accidente; los domingos en casa de la abuela y sus sillones aterciopelados, sentir el calorcito del sol tumbado en ellos; los dulces y el tendero; los juegos en el taller del abuelo y el patio; la nopalera; las gallinas y el guajolote; las fiestas de cumpleaños y forma de las piñatas; los juguetes.
No recuerdo todo completamente, pero si gran parte. Mamá dice que poseía una especie de memoria fotográfica, y yo estoy casi seguro que así era, recordaba muy bien todo. Pero conforme crecí ese "don" se fue perdiendo. Ahora me cuesta recordar parte de conversaciones, o que llevaba puesto ese día. Olvido direcciones, números de telefonos, eventos, aniversarios y deberes de la Facultad. A veces reclaman: "pero si ya te lo habia dicho", "no te acuerdas, te lo comente y tu dijiste..." A veces puedo ser muy despistado y olvidar cosas simples como sacar la basura o hacer cierta llamada. Cuando tomo demasiado tengo lagunas mentales y a la mañana siguiente veo todo borroso, por eso trato de no excederme.
Me pregunto si los sueños también se almacenan en nuestro cerebro. Pues a últimos días sucede que durante me vienen recuerdos de algo que soñé tal vez hace años, sobre todo por las mañanas cuando estoy solo en casa y lavo los trastes, barro los patios o limpio cuarto, actividades que requieren poca concentración. De repente se viene la imagen a mi cabeza, como si fueran recuerdos, pero sé que fueron sueños, una fábrica, un paraje en la carretera, un viaje que no hice, casas viejas, o personas que nunca he visto.
Mientras escribo esto todo viene a mi mente, colores, formas, voces, personas, olores... una neblina que no me deja ver en donde estoy parado.
lunes, 30 de enero de 2012
el sueño
Vamos en el carro blanco de mamá, solo ella, mi papá y yo. Nos dirigimos a la ciudad más vieja de la metrópolis pasamos sus calles angostas, sus casas de adobe, las plazoletas y parques hasta que llegamos a una plaza grande. Es la plaza de armas pero mucho mas grande, me recuerda a la plaza de Coyoacán. Sé que es domingo, mediodía y en la plaza hay un mercadito. Los puestos de verduras, un organillero tocando una vieja canción, vendedores de globos, la risa de los niños, el agua de la fuente, el olor a comida cocinándose en el comal, la lumbre atizándose en el brasero, papel picado colgando de farol a farol, en lo alto y entre nubes blancas el sol.
Papá llega a un puesto de comida, pide "pellizcadas" veracruzanas y yo me acuerdo de Xalapa, coqueteo con la muchacha morena que ayuda a la señora a hacerlas. Caminamos más y veo al chico de la eterna sonrisa que empuja un triciclo blanco, vende dulces: alegrías, mechudas, alfajores mexicanos, dulces de guayaba, borrachitos, bolitas de tamarindo enchilado, dulces de leche con nuez; como siempre me hace sonreír y cuando lo saludo me regala un algodón de azúcar rosado.
Siento que de aquí soy, que encontré el lugar perfecto para vivir, que tengo que dejar la casa. Pregunto por un trabajo en un puesto de verduras, el señor dice necesitar vendedor y allí me quedo. Mis papás se alejan, pero yo no puedo ser más feliz en aquel cachito de cielo mexicano.
Papá llega a un puesto de comida, pide "pellizcadas" veracruzanas y yo me acuerdo de Xalapa, coqueteo con la muchacha morena que ayuda a la señora a hacerlas. Caminamos más y veo al chico de la eterna sonrisa que empuja un triciclo blanco, vende dulces: alegrías, mechudas, alfajores mexicanos, dulces de guayaba, borrachitos, bolitas de tamarindo enchilado, dulces de leche con nuez; como siempre me hace sonreír y cuando lo saludo me regala un algodón de azúcar rosado.
Siento que de aquí soy, que encontré el lugar perfecto para vivir, que tengo que dejar la casa. Pregunto por un trabajo en un puesto de verduras, el señor dice necesitar vendedor y allí me quedo. Mis papás se alejan, pero yo no puedo ser más feliz en aquel cachito de cielo mexicano.
jueves, 19 de enero de 2012
necesito amar...
Me acosté con el corazón estrujado, arrugado como una bolita de papel, contraído y no por el frío de la cama vacía. Porque me di cuenta que no hay a quien escribir con amor, no hay por quien morir de amor, no hay a quien sonreír, ni en quien pensar. Porque me di cuenta que el sentimiento se había deformado, volviéndose un monstruo. Que lo que yo defendía no se podía defender, que justificaba lo injustificable y que eso no se podía llamar amor. No puedo decir que siempre fue así, tal vez algún día en sus inicios lo fue. Pero mis ansias, tu confusión, mis miedos,tu indecisión, mi vicios, los recuerdos, los fantasmas y nuestra soledad terminaron por transmutar en algo horroroso. No te puedo culpar, tanto fuiste tu el responsable como yo el culpable. Lo peor de todo es el sentimiento de haberme traicionado a mi mismo, el no poder perdonarme, por dejar de lado en lo que creo, por debilitar mis cimientos, por no ser congruente en mi pensar-actuar-sentir, por dejarte hacerme daño. La vejación, la rendición, la denigración, el desamor propio. Hoy te veo como un abismo, profundo y sin fondo, con una inercia para atraer todo a la nada, y lo digo sin reproche, más bien con compasión, la misma que me enamoró de ti. Sentí la necesidad de amar porque soy un "amoroso" de Sabines, porque con el amor busco abatir la separatividad. Necesito amar, necesito el dolor y la felicidad como materia prima para crear. Necesito arreglarme antes de terminar desbaratado.
sábado, 14 de enero de 2012
Hoy correo para los incrédulos en el Servicio Postal Nacional...
Madre después de danto tiempo hoy me siento a escribirte,
pero eso no quiere decir que no haya pensado en ti, en ustedes. Lamento mucho
el haberme ido de forma tan intempestiva, pero lamento más el hecho de haberte
defraudado, el haberte fallado más que el hecho de haberte abandonado.
Las cosas aquí son muy diferentes, deje el país porque
estaba enfermo, tan enfermo como yo. Acá todo es diferente, se respira salud,
se respira justicia, se respira libertad, se respira cambio. Allá todo estaba
podrido y muy pocos tenían ganas de luchar, todos estaban amodorrados, me
pregunto si algún día el país despertará de esa eterna madrugada, si dejaran de
ser zombis, si todo terminará.
Huí porque no tenía ganas de seguir así, ya no tenía las
fuerzas para seguir viviendo con esa situación y en más seguir luchando con la
enfermedad, pero los aires del viejo mundo me han dado ganas de volver a vivir.
Escribo mucho y he conocido infinidad de gente, me rodeo con los círculos intelectuales
y artísticos de esta gran ciudad, mantengo contacto con muchos intelectuales de
toda Europa. He conocido gente muy
importante y algunos que lo serán, entre ellos un director español, que ha leído
un poco de mis historias y me dijo que le encantaría hacer un guion conmigo.
Pintores y demás artistas me han dedicado sus creaciones.
A todos les parezco una persona interesantísima, parece que
a ellos les sigue impresionando la carne morena como la de nosotros. Me miran
como una rara ave exótica del amazonas, y no es para más, aunque llevo
viviendo años aquí, no me puedo acostumbrar a su forma de pensar y de sentir. A
veces comprendo su admiración por nuestra tierra, acá las distancias son tan
cortas, los países tan chicos... que me imagino lo que debieron sentir los
primeros colonizadores, al mirar rumbo al horizonte y vieron lo basto de
nuestra tierra, lo grande, lo magnifico, lo hermoso, lo desconocido. Solo me atrevería
a comparar la grandeza de Rusia o la India con nuestro continente. Por cierto
ya se hablar perfectamente francés, el catalán, el inglés, el alemán y un poco
de ruso.
Mi vida es cómoda y mucho mejor que lo que nunca fue ni
sería en nuestra tierra. Me paso la vida
en presentaciones de libro, exposiciones de arte, fiestas de la sociedad, recaudaciones para la filantropía, mítines,
marchas, cantina bohemias, museos y parques. Hasta he ido a las fiestas patrias
que se celebran en nuestra embajada, tal vez algún día veas mi fotografía en el
periódico, en algunas de esas cenas de gala.
Escribo todo el tiempo con la intención de que algún día se
publique un libro mío, no importa si es post mortem. Te mando algunas revistas
donde he sido publicado, verás que el nombre no es el que tú me has dado, pero
cuando hui cambie todo de mi, hasta a ustedes les asesine en mi mente. Nadie
sabe de mi pasado, soy un enigma que causa curiosidad y por eso despierta tanta
fascinación por mi persona, aparte que tú sabes que siempre he sido alguien que
llama la atención.
Pero es precisamente mi vida llena de comodidad y lujo, lo
que me hace sentir culpable, de vivir tan a mis anchas aquí, y ustedes a veces
casi sobreviviendo de aquel lado del océano. A pesar que les maté sigo recordando la casa,
la de los abuelos, los tantos primos y tías, son fantasmas que me visitan en
mis momentos de melancolía que son muchos. El único fantasma con el que
realmente hablo es con el del abuelo, supongo que llego hasta este país porque
cuando me vine me traje su reloj de oro de bolsillo. Hoy no pude más con el
peso de mis recuerdos y me solté llorando y decidí escribir esta carta.
La enfermedad, que todos mis camaradas ignoran, me está
matando, Alekséi y yo la luchamos solos. Alekséi es aquel caballero con el que
intercambiaba correspondencia, cuando llegue acá el me dio asilo y hasta se
casó conmigo para que pudiera obtener la ciudadanía y los beneficios médicos. Es
un ángel, pues a sabiendas de que no le he amo ha estado a mi lado, me ha
cuidado, me ha soportado. Gracias a él he conocido tanta gente y tantos
lugares, gracias a él vivo. Probablemente no soy el amor de su vida, ni el él
mío. Le he dicho que me abandone, he buscado el divorcio, pero por alguna
extraña razón me ve como alguien con
quien podrá lavar todas sus culpas.
Yo no sé como expiaré todo, no tenemos hijos y con mi
enfermedad me resulta inhumano tenerlos. Hago algo de caridad, pero trato de
sentirme bien con mi trabajo, de abatir la separatividad tan grande con la que convivo. Pero a pesar de todo estoy bien.
Ahora cuénteme sobre los nuestros: alguno de mis hermanos se
han casado? Tienen hijos? Qué les pasó a los perritos que teníamos? Sigue vivo
el jazmín que tenia la abuela desde que se casó? Cómo esta de salud? Y mi papá?
Mándeme noticias y bendiciones madre, sólo si su corazón ha perdonado mi
traición, yo aun no perdono el haberme traicionado.
martes, 10 de enero de 2012
Redimensionando
Nadie mejor que tu para apreciar los cambios de mi cuerpo.
Puedes notar el evidente cambio en mis dimensiones, por ejemplo al abrazarme y medir con tus brazos el talle de mi cintura; al rozar con tus labios mis mejillas y notar que ahora están más infladas; al acariciar mi barriga que esta más abultada. O en la cama al sentir sobre tu cuerpo el peso de unos kilos de más.
domingo, 1 de enero de 2012
Propósitos
Su propósito de comienzo de año fue no enamorarse. A ella
cualquier día le parecía bueno para comenzar, pero sería fiel a la tradición y se
haría propósitos de año nuevo, aunque sabría que muchos no los cumpliría: como
tratar de comer más sano y mudarse de casa, este último no estaba tan ligado a
sus decisiones como a sus circunstancias. No lo aprendió en el año que pasó, lo
aprendió hace muchos: “hay que tener sabiduría
y paciencia para aceptar ciertas cosas”.
La forma de cumplir
tan controversial propósito era simple, salir y estar con chicos que le
gustaran (física y mentalmente), pero que no representaran peligro para ella,
es decir, de los cuales no se pudiera enamorar. Tampoco saldría en serio con
nadie, no buscaría establecer una relación de noviazgo, pues sabía que la
convivencia era un factor que tenia gran importancia en el amor. Por eso en
cuanto comenzara a sentir que se enamoraba, emprendería la graciosa huida,
alejando todo en cuanto la pudiera conectar con la otra persona.
Así, se negaría al amor tal y como el amor se le había
negado a ella.
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